El debut de Nacho Vigalondo fue, sin duda, por la puerta grande. Con un primer trabajo, el corto 7.35 de la mañana, el cineasta alcanzó un logro que muchos no logran alcanzar a lo largo de su trayectoria: estar nominado al Oscar. Todo fan que se precie del director cántabro no puede perderse este cortometraje, del género musical y con tintes surrealistas. Además, la canción principal es absurdamente pegadiza.