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6 de diciembre de 2011

'Beginners': This is what happiness looks like

La sencillez es una de las armas más potentes para hacer una película memorable. Es discreta, silenciosa y desnuda el film para que acabemos pensando que todo el proceso de construcción ha sido fácil. Esto es lo que pasa con "Beginners", de Mike Mills: tiene una apariencia que nos presenta la historia de una forma tan sencilla que nos oculta la gran complejidad que esconde detrás.


Oliver (Ewan McGregor) es un hombre de mediana edad que no ha encontrado el amor. Sin embargo, su padre (Christopher Plummer), viudo y enfermo de cáncer, le confiesa que es gay y que está saliendo con un chico mucho más joven que él. Las vivencias de Oliver con sus padres le servirán para dar sus primeros pasos en su relación con Anna (Mélanie Laurent), una chica a la que acaba de conocer en una fiesta. Esta historia está acompañada de tres elementos que marcan la personalidad del film y le dan un carácter peculiar: el primero es la banda sonora, que desde los primeros minutos en los que aparece describe a la perfección el carácter del largometraje. El siguiente es el conjunto de paréntesis que se forman en la narración, en los que vemos sucesiones de imágenes que apoyan la historia, acompañadas por la voz de McGregor. Y el tercero está formado por los dibujos y reflexiones escritas del protagonista, que es artista gráfico.


La crítica se ha derretido ante la actuación de Christopher Plummer, algo que es lógico, ya que el veterano actor borda su papel. Del que no se ha hablado tanto es del infravalorado Ewan McGregor. Su trabajo en el papel de protagonista no tiene nada que envidiar al de su padre en la ficción. Por alguna razón que desconozco, este actor no goza del mismo prestigio que tienen algunos compañeros de su generación, como Kate Winslet o Matt Damon. Tal vez le hace falta un gran papel en una película "seria", es decir, con enredos políticos, un drama histórico, o mejor, uno que hable de la monarquía inglesa. En definitiva, esas cosas que siempre dan un empujón y bastante prestigio a la carrera de un actor. Sus grandes taquillazos -la saga "Star Wars", "Moulin Rouge", "Big Fish"- parece ser que no le ayudaron lo suficiente. Cambiando de protagonista, en la película también aparece Mélanie Laurent, la actriz francesa a la que conocemos por "Malditos bastardos" y "El concierto". La intérprete parece estar hecha a medida de su papel, gracias a ese aire melancólico que derrama. Tampoco tenemos que olvidarnos de Mary Page Keller, quien da vida a la madre de Oliver.


La película ha tenido éxito en los certámenes de premios de cine independiente: en los Gotham Independent Films consiguió el de "Mejor película" (compartiéndolo con "El árbol de la vida") y también el de "Mejor reparto". En los Film Independent Spirit Awards, que se celebrarán este año un día antes que los Oscar, es una de las películas más nominadas, con cuatro candidaturas. En unos meses podremos ver si los Premios de la Academia dejan un hueco para "Beginners", por lo menos para Christopher Plummer, quien ya estuvo nominado por "La última estación". Y por cierto, para quien todavía no haya caído en quién es este actor... ¿os acordáis del padre de la familia Von Trapp en "Sonrisas y lágrimas"?


El tono de la película está marcado por un aire natural y sencillo, que no simple. Aunque se mueve básicamente en el drama, también tiene puntos de humor entrañable, como los que nos deja el perro de los protagonistas, que se "comunica" con Oliver de forma telepática (tranquilos, no aparece ningún perro parlante; sólo podemos ver sus pensamientos a través de los subtítulos). Así, "Beginners" oculta más de lo que muestra a simple vista, y nos deja reflexionar sobre una generación que lo ha tenido más fácil que la de sus padres para ser felices, pero que no encuentra su camino; personas que no se dan cuenta que el único obstáculo para conseguir lo que quieren son ellos mismos. Y también nos enseña las oportunidades que tenemos para elegir y cambiar nuestras vidas.

8 de noviembre de 2011

Amor y sexo en los 60'

En el año 1962, Helen Gurley Brown publicó el libro "Sex and the single girl". En su día tuvo mucho éxito y hoy está considerado como uno de los precedentes de "Sexo en Nueva York". Este libro animaba a las mujeres a que disfrutaran de su independencia y a que tuvieran relaciones sexuales aunque no estuvieran casadas. Un par de años más tarde, Warner Brothers compró los derechos para realizar una adaptación cinematográfica del libro. Y casi cuarenta años después apareció otra película que, aunque no nombrara explícitamente la obra original y no se autodefiniese como un "remake", calca el argumento de la película de los 60'.


Hablamos de "Sex and the single girl" y "Down with love". Es decir, "La pícara soltera" (no sé a quién se le ocurrió esta traducción) y "Abajo el amor". Ambas tratan la guerra de sexos a través de los dos personajes protagonistas: la escritora, una mujer que ha publicado un libro de éxito cuyo contenido coincide con el original de Helen Gurley Brown, y el periodista, que intentará conseguir una exclusiva, demostrando que la aparentemente fría escritora, a pesar de lo que afirma en su libro, puede enamorarse y no quiere sólo sexo.


Sex and the single girl
En "Sex and the single girl" (me niego a utilizar el título español) estos personajes están interpretados por Natalie Wood y Tony Curtis. Junto a ellos encontramos a otros dos actores míticos: Lauren Bacall y Henry Fonda. En la película, la autora del libro "Sex and the single girl" (Wood) se convierte en psicóloga, además de escritora. Y el periodista (Curtis), tratará de enamorar a la doctora, yendo a su consulta y contándole los problemas maritales de sus amigos Frank y Sylvia (Fonda y Bacall) como si fueran los suyos propios, para así pasar tiempo cerca de ella. Detrás de las cámaras encontramos a Richard Quine, director también de películas como "Encuentro en París".


Una comedia entretenida, en la que Natalie Wood sorprende y Tony Curtis confirma sus dotes para la comedia. Las mentiras y engaños hacen que la trama se vaya enrevesando, hasta finalizar en una delirante secuencia final en una autopista. Como curiosidad, una broma recurrente que se utiliza en la película es que los personajes de la historia comentan cuánto se parece Curtis a Jack Lemmon, su compañero de reparto en "Con faldas y a lo loco" (Wilder, 1959).


Abajo el amor
"Abajo el amor" rinde un homenaje a comedias de los 60' como "Sex and the single girl" y como aquellas que protagonizaba Doris Day. La historia se sitúa en el año 1962 y es básicamente la misma que en la película de Wood y Curtis, sólo que esta vez la parte de que la protagonista es psicóloga queda fuera de la historia. Así, la camaleónica Renée Zellweger interpreta a Barbara Novak, una escritora que llega a Nueva York para publicar su novela. El papel del periodista, que aquí realiza Ewan McGregor, permanece inalterable, y también quiere conquistar a la escritora para probar su teoría y llevarse una exclusiva.


La película, dirigida por Peyton Reed ("Separados", "Dí que sí") no se centra tanto en la trama secundaria como "Sex and the single girl", y hace que el espectador se centre, principalmente, en el personaje de Zellweger. Aunque contiene guiños concretos a la película de Quine (como la obsesión del amigo del protagonista por los calcetines), también incluye algunas bromas demasiado obvias que harían sonrojar a los personajes de Wood y Curtis en la película original, que aunque fueran atrevidos, mantenían esa elegancia que aparentemente es inseparable a todos aquellos actores del cine clásico.


"Abajo el amor" es una película colorida, con una estética muy cuidada y elementos que nos transportan a los 60' de una forma bastante idealizada. Aunque introducen elementos y menciones a símbolos de esta década (relacionados con la compañía aérea Pan Am, por ejemplo), estos se adaptan a la historia y se alejan de los datos reales de esos años, para dar una mayor vistosidad a la película.


Uno de los momentos más sorprendentes es el larguísimo monólogo que realiza Zellweger, en un plano fijo, sin cortes, y durante 3 minutos. Otra curiosidad de la película es que tras su finalización, podemos ver un número musical interpretado por McGregor y Zellweger, que ellos mismos insistieron en grabar, ya que ambos habían sido los protagonistas de dos musicales de éxito: "Moulin Rouge" (Luhrmann, 2001) y "Chicago" (Marshall, 2002), respectivamente.

¿Natalie Wood y Tony Curtis o Renée Zellweger y Ewan McGregor? Sea la pareja que sea, el conflicto entre sexos está asegurado.