29 de septiembre de 2013

El Festival de Cine de Madrid – PNR celebra su 22ª edición

El próximo martes 1 de octubre arranca el Festival de Cine de Madrid – PNR, en la que será su 22ª edición. Como viene siendo habitual, este festival, organizado por la Plataforma Nuevos Realizadores, será toda una oportunidad para disfrutar de las obras de cineastas emergentes. Los trabajos se dividirán en tres secciones oficiales: largometrajes, cortometrajes y socios PNR, en la que se presentan cortos realizados exclusivamente por socios de la plataforma.


En la sección de largometrajes, cinco películas serán las que se enfrenten para conseguir el máximo galardón. En la pasada edición, Ali, de Paco R. Baños, se alzó con el premio, y este año están en la competición La reina de tapas, de Daniel Diosdado, Los increíbles, de David Valero, Marhaba, de Sergi Cervera, Otel•lo, de Hammudi Al-Rahmoun Font, y Casting, dirigida por Jorge Naranjo y ganadora de las Biznagas de plata a la mejor actriz y actor de reparto en el pasado Festival de Málaga, por el trabajo de su elenco femenino y masculino. La exhibición de cada una de las películas vendrá acompañada por un coloquio. En cuanto a los cortometrajes, serán 30 los que rivalizarán para suceder a Desayuno con diadema, el corto de Óscar Bernácer que triunfó en esta categoría el año pasado.

La sala Berlanga será el corazón del festival y el lugar en el que se proyecten los trabajos de las diferentes secciones oficiales. La entrada a todos los pases es gratuita hasta que se complete el aforo. Además, de forma paralela se desarrollarán diferentes actividades en otras sedes. El cine Doré acogerá un ciclo homenaje a Javier Aguirre, mientras que la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense abrirá las puertas a nuevas formas de hacer cine con la sección “Experimenta – nuevo cine”. Por otro lado, en la Escuela Universitaria de Artes y Espectáculos (TAI) se celebrará un debate el viernes 4 alrededor de la industria del cortometraje. Además, el festival también tiene un hueco reservado para los más pequeños, que podrán asistir a las sesiones infantiles que la Sala Berlanga tiene preparadas para ellos durante el fin de semana.

El festival se cerrará con una gala de clausura el domingo 6, en la que se desvelarán los nombres de los ganadores. La programación y toda la información sobre el festival se puede consultar en la web www.festivalcinepnr.com.

Publicado en: www.puntoencuentrocomplutense.es

25 de septiembre de 2013

7 artes, 7 películas: La arquitectura con 'Metrópolis'

Fue el último en llegar y, sin embargo, permanece en un lugar de excepción entre todas las artes. El cine apenas cuenta con algo más de un siglo de historia, pero su juventud no ha impedido que esté a la altura de sus hermanas mayores, e incluso que funcione como un compendio de todas ellas. Entre todas las obras que encontramos a lo largo de la historia del cine destacan algunas que son un auténtico homenaje a las artes, en las que estas son el motor del largometraje. Por ello, hemos hecho una selección de siete películas, las cuales captan la esencia de una de las siete artes. Y comenzamos con la arquitectura, cuya relación con los fotogramas no podemos explicar sin hablar de Metrópolis, la obra maestra de Fritz Lang estrenada en 1927.  



Ensalzada como una de las películas cumbre del cine mudo, Metrópolis está rodeada de cifras astronómicas que la convierten en una superproducción de su época: más de año y medio de rodaje, 610.000 metros de película, más de 30.000 extras y un coste de seis millones de marcos, que sobrepasaron la cifra prevista inicialmente, de un millón y medio. Números que aumentan la leyenda del film, pero de los que no se puede hablar con exactitud, ya que años después de la muerte del director salió a la luz una entrevista que Lang había concedido a Lloyd Chesley y Michael Gould, en la que afirmaba que muchos de estos datos no eran ciertos y señalaba que se habían escrito muchas mentiras alrededor de su obra. Así, indicaba que el número de extras rondaba los 300, y que los costes estuvieron condicionados por la inflación de la época.

Metrópolis se sitúa en un escenario futurista, sin duda uno de los puntos fuertes del film. Lang era hijo de arquitecto y él mismo comenzó sus estudios en este campo, que más tarde abandonaría por la pintura. La arquitectura de la ciudad de Metrópolis refuerza el mensaje de la historia y condiciona su desarrollo. En la superficie encontramos enormes rascacielos, donde viven las clases acomodadas, mientras que los obreros se hallan en las profundidades de la ciudad, en el subsuelo, invisibles a los ojos de la clase superior. Mientras que los ciudadanos de la superficie pueden disfrutar de instalaciones como bibliotecas, jardines y teatros, los obreros de las profundidades se dedican a trabajar sin descanso, en un ambiente claustrofóbico que contrasta con la majestuosidad del exterior.

La concepción de la ciudad es una pista de la dualidad que persigue el film, en el que se contrapone lo humano y lo artificial, el obrero y el empresario. Una dualidad entre la que se querrá mantener el equilibrio, ya que como se nos dice desde el principio, “el mediador entre el cerebro y las manos ha de ser el corazón”. En este caso, dicho mediador es el protagonista, el hijo de Joh Fredersen, señor de Metrópolis, que abre los ojos ante la problemática social cuando se encuentra con María, una mujer de clase obrera que predica la igualdad y el entendimiento entre los ciudadanos tanto de uno como de otro lado.

Para rodar los planos que inmortalizan la ciudad se hizo uso de maquetas. También se empleó el llamado “proceso Schüfftan”, una técnica que permite, mediante un espejo, dar la sensación de que los actores se encuentran dentro de decorados, que en realidad son maquetas a menor escala. Entre el escenario futurista también encontramos las huellas del Gótico, como en la catedral en la que se desarrollan las escenas finales. Pero si hay que resaltar un edificio de entre todos los de la ciudad, sin duda este sería la llamada “Torre de Babel”, en la que vive el señor de Metrópolis, y que constituye una de las referencias bíblicas que podemos encontrar en el relato. El resultado final contribuyó a asentar la idea que tenemos en el imaginario colectivo de lo que sería una “ciudad del futuro”, y convirtió a Metrópolis en uno de los principales referentes del cine de ciencia ficción. Posteriormente influiría fuertemente en largometrajes como Blade Runner, de Riddley Scott.

En el año 2008 se descubrió en Argentina una copia del film con metraje perdido, que los exhibidores alemanes habían recortado en el momento de su estreno. La restauración de la cinta ha ampliado la duración de Metrópolis hasta los 150 minutos. Una buena excusa para revisitar uno de los clásicos imprescindibles del séptimo arte. 

Publicado en: www.puntoencuentrocomplutense.es

24 de septiembre de 2013

El 7º en corto: 'Traumalogía', de Daniel Sánchez Arévalo

"Las familias felices son todas iguales. Cada familia infeliz es infeliz a su manera". Esta cita de la novela Anna Karenina, de Tolstoi, acompaña al cortometraje Traumalogía, de Daniel Sánchez Arévalo. Rodado en 2007, después del estreno del director en la gran pantalla con Azuloscurocasinegro, esta pieza es la base de La gran familia española, y una prueba más de la atracción que siente el cineasta por esas bodas que no salen del todo bien.  



Entre el reparto podemos ver a intérpretes como Antonio de la Torre, Natalia Mateo, Quim Gutiérrez, Raúl Arévalo, Javier Pereira o Héctor Colomé, algunos de ellos con el mismo rol que el que realizan en La gran familia española. Y como también ocurre en el largometraje, la mezcla entre comedia y drama está servida.




13 de septiembre de 2013

Crítica 'La gran familia española': La unión hace la fuerza

El 11 de julio de 2010 fue el día en el que España se detuvo. Durante unas horas, todos los ojos estuvieron puestos en las pantallas de televisión, sin perder detalle de lo que pasaba en Johannesburgo, donde la selección española de fútbol se jugaba ser la campeona del mundo. El director y guionista Daniel Sánchez Arévalo sitúa su historia precisamente en este día, estableciendo una coincidencia que puede ser interpretada por muchos como la peor de las suertes: la final se celebra el mismo día que la boda de uno de los protagonistas. Si estuviésemos ante una comedia normal, seguramente esto sería el pie para una película disparatada, con momentos más o menos divertidos (o que pretenden serlo) y los típicos clichés de las películas de bodas, que han llegado a convertirse prácticamente en un género propio. Pero Sánchez Arévalo nos tiene preparadas muchas sorpresas detrás, con los que nuestros prejuicios se irán rápidamente por la borda.



La gran familia española se posiciona frente a los espectadores como una comedia, quizá por criterios comerciales. Sin embargo, le pasa como a El apartamento de Billy Wilder, quien no entendía por qué su largometraje se estrenó bajo esa etiqueta. En este caso, no podemos negarle al humor su importancia en el desarrollo de la trama, por supuesto. Pero es simplemente la primera capa, tras la que se esconde un entretejido de conflictos emocionales que el director maneja con habilidad, demostrando que es todo un referente de nuestro cine en la actualidad y un cineasta cuya trayectoria merece la pena seguir.

La historia, que en su día Sánchez Arévalo plasmó en parte en su corto Traumalogía, nos sumerge en los enredos familiares y monstruos personales de sus personajes, con el fútbol y la película Siete novias para siete hermanos de telón de fondo. Aunque su primera parte es más convencional, el ritmo siempre se mantiene ágil, hasta llegar a su tramo final, en el que la narración despega y alcanza su máximo esplendor. Y ahí es cuando La gran familia española nos hace reír más, sí, pero también nos emociona.

Las subtramas, dirigidas a través de los cinco hermanos de la familia y su padre, son un relato sobre la madurez, las expectativas que se crean sobre la vida adulta, el amor y los sacrificios que se hacen por él. Antonio de la Torre y Quim Guitérrez, dos habituales en el cine de Sánchez Arévalo, vuelven a destacar entre las interpretaciones, así como Verónica Echegui, Roberto Álamo y Miquel Fernández. Las actuaciones del acertado reparto brillan con más fuerza en las secuencias grupales, en las que se reúnen todos los personajes. Curiosamente, este es el mensaje que nos deja la ficción: la unión hace la fuerza. La gran familia española retrata a la familia como la clave para la supervivencia y como la mejor forma de dar lo mejor de nosotros mismos. Exactamente la misma lección que aprendimos ese 11 de julio.

Publicado en: www.puntoencuentrocomplutense.es