30 de enero de 2012

'The Artist': Please, be silent behind the screen

¿Una película francesa, muda y en blanco y negro, en boca de todos los cinéfilos? "The Artist", del director Michael Hazanavicius, ha logrado romper todas las barreras. La película, estrenada en el Festival de Cannes de 2011, no para de cosechar reconocimientos, nominaciones y galardones en la temporada pre-Oscar, y es una de las grandes favoritas en los premios de la Academia de Hollywood de este año. Con tres Globos de Oro bajo el brazo (incluyendo el de Mejor película: Comedia o musical), "The Artist" se prepara para la gran noche del 26 de febrero, en la que está nominada en diez categorías. Sólo "La invención de Hugo", de Martin Scorsese, se encuentra por encima, con once candidaturas.


"The Artist" nos cuenta la historia de George Valentin, un exitoso actor de cine mudo (interpretado por Jean Dujardin) que ve cómo su mundo se viene abajo con la aparición del cine sonoro. Mientras, Peppy Miller (Bérénice Bejo), una fan de Valentin aspirante a actriz, intenta hacerse un hueco en este nuevo universo. La idea del argumento no es nueva: la transición entre el cine mudo y el sonoro ya se había tratado en películas como "Cantando bajo la lluvia" y "El crepúsculo de los dioses". Este film nos sumerge en la parte más amarga de esta transición, y al igual que hizo Billy Wilder con el personaje de Norma Desmond, Hazanavicius (también guionista) se centra en un personaje melancólico, impotente y derrotado, pero que a la vez es orgulloso e incapaz de adaptarse a los cambios. George Valentin encarna a todas aquellas estrellas del cine mudo que de un día para otro se vieron excluidas del nuevo mercado laboral. Pero no todo es nostalgia, porque la película está llena de guiños cómicos y momentos entrañables. El perro Uggie se convierte en el "robaescenas" por excelencia de la película, y Bérénice Bejo da el contrapunto al personaje de Dujardin, proporcionando a "The Artist" luminosidad y sonrisas. Intérpretes secundarios como John Goodman, James Cromwell y Missi Pyle completan el cuadro.


A pesar de ser francesa, el film ha conseguido camuflarse y colarse entre las películas estadounidenses, consiguiendo así la misma atención en las entregas de premios que contrincantes como "Moneyball" o "Criadas y señoras", sin ser relegada a la categoría de "Mejor película de habla no inglesa", donde se encuentran largometrajes que no logran alcanzar el mismo prestigio que las nominadas a la categoría principal, cuidada con recelo. Es una película que a día de hoy se presenta como original, está rodada en Los Ángeles y huele a Hollywood. Su formato la convierte en una perfecta carta de amor hacia el séptimo arte, y esto puede convertirse en una ventaja en la carrera hacia el Oscar. Jean Dujardin, merecedor del galardón como Mejor actor principal por su gran actuación, lo tendrá difícil, ya que se tendrá que ver las caras con George Clooney, quien ha conquistado a la crítica con "Los descendientes". Por otra parte, Bérénice Bejo se ha quitado de en medio a una de las favoritas de la noche, Meryl Streep, ya que está nominada como Mejor actriz de reparto y no protagonista. Ahora Octavia Spencer se perfila como la rival a batir.


Lo mágico de "The Artist" es que acercará el cine mudo a muchos espectadores que hasta entonces no se sentían atraídos por nombres como Buster Keaton, F.W Murnau o Charles Chaplin. El film respeta las convenciones del género (el formato de pantalla se ha visto reducido, contamos con la presencia de intertítulos...), pero en ocasiones se utilizan pequeñas "trampas", es decir, se recurre al sonido en situaciones muy puntuales para jugar con la trama. Por esto, es necesario decir que no hay que ver la película como una obra más de los años 20, sino como como un film que utiliza una forma distinta para narrar una historia, y sobre todo, como un homenaje a las películas y estrellas de las películas anteriores al cine sonoro. Comparar "The Artist" con una película muda de principios de siglo y señalar así las carencias del film de Hazanavicius sería un error. El director ha llegado a afirmar que lo único malo del cine sonoro fue que mató por completo al cine mudo, pero que podíamos haber tenido ambos, y quizá esto es lo que haya conseguido esta película.


Quién sabe si ahora el film supondrá una resurrección de las películas de cine mudo, como pasó con "Moulin Rouge" y los musicales. De momento, tenemos pendiente el estreno de la "Blancanieves" de Pablo Berger, un largometraje español mudo y en blanco y negro que lleva años gestándose y que está protagonizada por Maribel Verdú. Aunque sea bastante improbable, ¿no sería irónico que ahora, con el auge -y a la vez, decadencia- de las películas en 3D, volviésemos a las raíces del cine?