1 de junio de 2011

Incombustible Marilyn

Nunca acaba uno de conocer a una persona, aunque esté muerta. Hoy, 1 de junio, sería el 85 cumpleaños de Marilyn Monroe. Y aunque murió en el año 1962, todavía sigue siendo noticia debido a las subastas de sus vestidos u objetos personales o a la aparición de material inédito sobre ella. Videos, escritos, fotos. Todo para ampliar el archivo del mito inacabable que es Monroe.


Hace unos meses salían publicado el libro “Fragmentos”, en el que aparecían textos y poemas que escribió la propia actriz, inéditos en su mayoría. En sus creaciones se podía descubrir su parte más oculta: sus sentimientos de soledad, de infelicidad, de desengaño. Una imagen completamente diferente a la que nos daban los papeles estereotipados que le ofrecían en el mundo del cine.


Todo lo que rodea a la figura de Marilyn huele a dinero. El mes pasado, un vestido que utilizó para acudir a una fiesta en Beverly Hills fue subastado, llegando a alcanzar la cifra de 348.000 dólares. Ahora la actriz Debbie Reynolds ha puesto en venta el icónico vestido que Monroe llevaba en la película “La tentación vive arriba”, en la escena en la que ella y Tom Ewell pasaban por encima de las rejillas del metro y el viento le levantaba la falda. ¿Su precio? Dos millones de dólares.


Lo último (por el momento) han sido unas fotos que el fotógrafo Anton Fury ha sacado a la luz. Fury encontró y compró los negativos en una venta de garaje hace treinta años. Desde entonces ha estado esperando al momento oportuno para mostrarle las fotos al mundo, ya que no estaba seguro de qué hacer con ellas ni el valor que podrían tener. Teniendo en cuenta que los negativos le costaron dos dólares, se podría decir que hizo una buena compra. Por lo que se ve, porque no hay mucha información todavía, las fotos son de principios de los 50 y nos muestran a una joven Marilyn, que todavía no había alcanzado el estrellado en Hollywood. Las imágenes de este post son algunas de ellas. ¿Llegará el momento en el que no haya nada más que descubrir? Algo me dice que todavía tenemos Marilyn para rato.