Hoy en día, es impensable que una comedia que tenga éxito en
la cartelera no acabe con sus correspondientes secuelas. Creadas como una
fuente de ingresos segura, las segundas (o terceras) partes se encuentran con
el reto de encontrar un equilibrio entre el respeto por el material original y
la innovación; si bien vamos al cine atraídos por los lugares comunes que nos
cautivaron una vez, nadie quiere ver la misma película dos veces.
La trilogía de Resacón,
al parecer, no acaba de encontrar este
término medio. Resacón 2: ¡Ahora en
Tailandia! repetía, de forma casi idéntica, los pasos de su predecesora,
convirtiéndose en una copia cuya diferencia básica era el lugar en el que se
desarrollaban los acontecimientos. R3sacón,
por suerte, no vuelve a caer en ese juego. ¿Cuál es el problema? Que la esencia
de la original se ha quedado en el camino. Esta tercera parte ya no vuelve a
utilizar la fórmula “resaca + recuerdos” para que la trama avance, sino que se
presenta como una aventura “épica”, como una carrera de obstáculos a lo grande.
Todo el protagonismo se centra en los personajes de Alan (Zach
Galifianakis) y el señor Chow (Ken Jeong), mientras que los otros miembros de
la “manada” se quedan en un discreto segundo plano y su participación se limita
a dejar en bandeja las situaciones cómicas para los que aquí son los verdaderos
amos de la función. Por otro lado, su empeño en buscar esa “épica” hace que R3sacón se convierta en un conjunto de
situaciones supuestamente trepidantes (persecuciones, secuencias de vértigo en
edificios altos…), pero que en realidad, no aportan nada a la película. Si a
esto le sumamos unos previsibles giros de guión y unas cuantas situaciones
nostálgico/emotivas metidas con calzador, no hay duda de que nos encontramos
ante el largometraje más flojo de la saga.
Publicado en: www.puntoencuentrocomplutense.es