10 de noviembre de 2011

Y amor y sexo en los 10'

Si damos un salto de medio siglo, vemos que las cosas no han cambiado tanto y que todavía estamos buscando respuesta a la eterna pregunta de si funciona realmente el sexo sin amor. Así lo demuestran dos películas que se han estrenado este año y que, casualmente, giran alrededor del mismo tema: ¿dos amigos pueden tener relaciones sin que surja algo más?


"Sin compromiso" ("No strings attached") y "Con derecho a roce" ("Friends with benefits") se estrenaron en nuestro país con unos meses de diferencia. Y las casualidades no terminan con el año de estreno y el argumento: las protagonistas femeninas de ambas películas, Natalie Portman y Mila Kunis, han sido compañeras en "Cisne negro", la película de Darren Aronofsky. Tanto es el parecido aparente entre ambas películas que se pensó en el mismo título para las dos, "Friends with benefits" (aunque después una se adelantara y se llevara la palma). En realidad, el guión original de "Sin compromiso" especificaba que su título era "Fuck buddies", pero finalmente no pudieron ponérselo, ya que no pasó la "censura" de la Motion Pictures Association of America.

Sin compromiso
"Sin compromiso" está dirigida por Ivan Reitman y protagonizada por Natalie Portman y Ashton Kutcher. En la historia, sus personajes (Emma y Adam) se conocen desde hace tiempo, y cuando la vida hace que se vuelvan a encontrar, deciden tener sexo sin compromiso sin que esto rompa su amistad. Ambos no creen en el amor como un cuento de hadas: Emma está centrada en su trabajo como doctora y Adam cree que ya lo ha visto todo después de enterarse que su exnovia está saliendo con su padre.


Después del duro y sacrificado trabajo que supuso su actuación en "Cisne negro", Natalie Portman quería algo más fresco y divertido. Y aunque a mucha gente le chocó que la ganadora de un Oscar pasase de un intenso thriller psicológico a la comedia, la verdad es que la actriz se desenvuelve igual de bien en ambos casos. De esta forma, Portman sigue demostrando que puede permitirse realizar cualquier género, como muestra su brillante trayectoria, en la que encontramos películas tan dispares como "Mr. Magorium y su tienda mágica", "V de vendetta", o "Las hermanas Bolena".


Por otra parte, Ashton Kutcher continúa estando bastante encasillado gracias asus papeles en comedias románticas. En "Sin compromiso" no vemos una faceta de él que no hayamos visto antes. La película tiene sus puntos divertidos (como el cd que le graba Adam a Emma), pero tampoco se mantienen constantes a lo largo de toda la historia. En la taquilla tuvo éxito, y llegó a recaudar 19,652,921 dólares en su semana de estreno. ¿Habría tenido tanto tirón si Portman no la hubiese protagonizado?


Con derecho a roce
Si en "Sin compromiso" veíamos a dos personajes aparentemente fríos y escépticos que no creían en el amor, la película "Con derecho a roce" se encarga de presentarnos en la primera secuencia a dos personas con el corazón roto y que renuncian al amor, pero con la boca pequeña. Y mientras que en la obra de Portman y Kutcher estos personajes eran amigos de la adolescencia, estos dos acaban de conocerse.


Mila Kunis y Justin Timberlake son Jamie y Dylan. Jamie es una "cazatalentos" que ha encontrado en Dylan el candidato perfecto para un trabajo en una gran revista internacional. Cuando Dylan llega a Nueva York para considerar la oferta, Jamie le persuade para que acepte el trabajo. Gracias a esto, ambos logran entablar una amistad y algo más. Eso sí, sin ningún tipo de atadura. El director de la película es Will Gluck, responsable de "Rumores y mentiras". En "Con derecho a roce" hay un guiño a este último film: el nombre de su protagonista -a la que interpretó Emma Stone- puede verse entre los carteles de bienvenida del aeropuerto. También Stone realiza un pequeño papel al inicio del largometraje.


Esta es la primera película de Mila Kunis después de dar el salto definitivo a la fama cinematográfica con "Cisne negro" (aunque en la televisión ya lo había dado, ya que dobla al personaje de Meg Griffin en "Padre de familia"). Y Justin Timberlake, después de diez años ejerciendo como actor, sigue intentando convencer al público de que la interpretación es más que un simple capricho de superestrella. Ambos le dan a "Con derecho a roce" un carácter más gamberro y, todo hay que decirlo, un poco más subido de tono.


La película deja un pequeño hueco para el drama, a través de la figura del padre de Dylan, que tiene Alzheimer. Este es el eslabón débil de la narración: parece que han introducido a este personaje como un pretexto para conmover de forma fácil, porque no guarda relación directa con el rumbo que toma la historia. A este aspecto negativo hay que añadirle que a veces más que ver una película parece que estás viendo un gigantesco anuncio publicitario, por su promoción descarada de ciertos productos (entre otras cosas, la revista en la que trabaja Dylan).


Aunque partan de la misma base, las dos historias van evolucionando de formas distintas. Sin embargo, a pesar de que ambas intentan huir de los clichés de las comedias románticas, caen en ellos inevitablemente. Así que acabamos tomándonos estas películas exactamente igual que sus protagonistas toman su relación: algo para entretenerse durante un rato, pero nada más allá.