6 de noviembre de 2011

'Contagio': Nada se expande como el miedo

Steven Soderbergh sabe que rodearse de un reparto de lujo da un buen empujón a una película. Y si encima son buenos actores, mejor que mejor. Ya lo demostró con la trilogía de Ocean's (2001, 2004, 2007), y ahora lo ha vuelto a hacer en su nueva película: "Contagio".


Así, los actores y actrices se convierten en el mayor reclamo para ver esta película, ya que el argumento nos suena bastante: un misterioso virus se va expandiendo a nivel mundial sin que nadie conozca ni su origen ni el remedio. Sin embargo, hay una diferencia que diferencia a "Contagio" de otras películas de catástrofes globales como puede ser "El incidente" (M. Night Shyamalan, 2008). Y es que la película de Soderbergh no se centra en una sola historia humana, profundizando en sus miedos y lucha por la supervivencia. Si en la mencionada "El incidente" pasaba esto último, y veíamos la evolución del fenómeno desde el punto de vista de los personajes de Mark Wahlberg y Zooey Deschanel, en "Contagio" la historia no gira alrededor de un sólo núcleo. Las vivencias personales dan paso a algo mucho más grande.


A través de los personajes principales se intentan cubrir todos los aspectos relacionados con la evolución de la epidemia: Laurence Fishburne se convierte en un doctor que, motivado por el Departamento de Seguridad Nacional, envía a la doctora Mears (Kate Winslet)a Minneapolis para investigar sobre la enfermedad. Marion Cotillard es una doctora de la Organización Mundial de la Salud que se desplaza a Hong Kong para descubrir cómo empezó todo. Jude Law da vida a un periodista freelance que se hace un hueco en la Red gracias a sus teorías sobre el virus. Y Matt Damon nos enseña la cara más humana de la tragedia, y se convierte en un padre de familia cuya mujer (Gwyneth Paltrow) es una de las primeras víctimas de la epidemia.


Tal vez la historia más interesante es la del bloguero Alan Krumwiede (Jude Law). Por supuesto, en este siglo no podía faltar en una película como esta la herramienta más potente en el mundo actual: Internet. Ya la utilizó Lars von Trier en "Melancholia", pero aquí nos posicionamos desde el punto de vista de quien realiza la información que se cuelga en la web, no desde quien la lee. Krumwiede se convierte en una especie de gurú para todos aquellos que, desesperados, intentan evitar o remediar la enfermedad. Desde su blog sostiene la teoría de que todo es una conspiración y de que él tiene la cura. Un personaje que invita a la reflexión, al contrario que el de Marion Cotillard, que nos deja bastante indiferentes gracias a su parte de la historia, que en su mayor parte no aporta nada y de la que se podría haber sacado un mayor provecho.


Aunque según el guionista del film (Scott Z. Burns)una de las fuentes principales de información para la película fue la epidemia de SARS (Síndrome Agudo Respiratorio Severo), que se propagó por Asia en 2002 y 2003, inevitablemente veremos al fantasma de la Gripe A planeando por toda la película. ¿Os acordáis de lo importante que fue en su día mantener una buena higiene de manos? Con lavados frecuentes, jabones especiales que se podían utilizar sin agua... El virus de "Contagio" se transmite mediante el mero contacto táctil: si una persona enferma toca un objeto y a continuación tú tocas ese elemento, ya estás perdido. Por eso es un virus impredecible, que aisla totalmente al ser humano (¿cómo viviríamos si no pudiésemos tocar lo que otros han tocado?) y del que es muy difícil escapar.


A pesar de tener ideas brillantes, "Contagio" no se convierte en una película que cale hondo en el espectador. Pero esto es una consecuencia que, inevitablemente, surge en el momento en el que Soderbergh decide centrarse más en el virus que en las personas. El propio director afirma: "Mi deseo era hacer un film centrado en los procedimientos científicos, políticos y mediáticos que rodeaban a un cataclismo de dimensión mundial". Y efectivamente, esta parte la consigue a la perfección. Pero lo único que nos llevamos de la película es ese alivio de salir a de la sala y decir: "menos mal que es sólo es ficción".