23 de noviembre de 2011

'Criadas y señoras': We're just telling stories

Skeeter es una veinetañera que acaba de finalizar sus estudios universitarios y sueña con ser escritora. Mientras tanto, lo único a lo que aspiran sus amigas es a tener niños y a cuidar su ajetreada vida social. Las diferencias entre ellas son muy grandes, pero hay algo que las une: todas han tenido la posibilidad de elegir (con mayor o menor acierto) qué querían hacer con sus vidas. Aibileen y Minny no han tenido tanta suerte. Debido al color de su piel, han sido relegadas a un invisible segundo plano. No tienen derechos, ni esperanzas de que su situación cambie. Nadie pregunta por ellas. Pero ahora alguien quiere que se oiga su voz.


"Criadas y señoras" es una película de Tate Taylor basada en la novela de Kathryn Stockett, que nos sitúa en el Mississippi de los años 60'. A la cabeza del film encontramos Emma Stone (Skeeter), Viola Davis (Aibileen) y Octavia Spencer (Minny). Skeeter quiere escribir un libro innovador, que esté contado desde el punto de vista de las mujeres del servicio, y es este libro el que sirve como pretexto para mostrarnos el racismo de la época. De esta forma vemos cómo son tratadas las criadas negras por sus respectivas jefas, interpretadas por Bryce Dallas Howard, Jessica Chastain y Ahna O'Reilly. La película hace una radiografía de una sociedad elitista, que no sólo se limita a rechazar a los que consideran inferiores por la raza, sino también a todos aquellos que no se adapten a sus patrones establecidos.


En la película vemos el extremo de la intolerancia y del racismo, personalizado en el personaje al que interpeta Bryce Dallas Howard: una mujer que llega a actos tan absurdos como marcar el papel higiénico para saber si su sirvienta utiliza el mismo cuarto de baño que ella. Pero también nos encontramos con todo lo contrario: mujeres solidarias que, a pesar del miedo, luchan para mejorar su situación y para que se les dé la visibilidad que la sociedad le niega. Todas las intérpretes realizan su trabajo de una forma excepcional, y el trío protagonista Stone-Davis-Spencer huele a nominación para los Oscar de este año.


Y no sólo las actrices son carne de nominación: toda la película en sí se perfila como una de las favoritas para estar en las quinielas. Si hay un adjetivo que se merece la Academia es el de "previsible", y "Criadas y señoras" cumple con todos los requisitos para imponerse como una de las favoritas, junto a otras como "My week with Marilyn" y "La dama de hierro". De hecho, no sería de extrañar que nos encontrásemos a Viola Davis compitiendo en la categoría de "Mejor actriz" con las protagonistas de estos dos films: Michelle Williams y Meryl Streep.


Por desgracia, esta ventaja también juega en su contra. "Criadas y señoras" es una buena jugada para llevarse alguno de estos premios, y Tate Taylor, el director y guionista, lo sabe. Puede ser que por esto se haya esforzado en afilar la parte dramática más de lo necesario. Taylor nos lleva por la historia de una manera que nos emociona, pero después se deja llevar por un ansia inexplicable por alargar el momento clímax del film. Por este motivo, los últimos 20 minutos de la película pierden una fuerza que se podría haber aprovechado más si el director no hubiese insistido en ahondar en el sentimentalismo. En este caso, menos habría sido más.


A pesar de esto, es una interesante y bonita historia de la lucha de unas mujeres que, inconscientemente, reivindican su dignidad. Aunque ellas piensen que sólo que están contado historias.