29 de septiembre de 2011

'El árbol de la vida': Hope. Wonder. Forgive. Love.

Si hay una película de la cartelera que está causando polémica es "El árbol de la vida", del director Terrence Malick. El fin de semana de su estreno fue número uno en la taquilla española y se ha ganado los halagos de los críticos cinematográficos. Además, en el Festival de Cannes se llevó la Palma de Oro. Aún así, la reacción de una gran parte de los espectadores tras ver la película es negativa. Muchos incluso abandonan la sala. De hecho, en unos cines de Cataluña te cambian la entrada por la de otra película si te sales durante en la primera media hora. Mientras, otros la califican como "obra maestra".


El cartel de la película tira mucho. En concreto, Brad Pitt tiene una gran repercusión. Por eso muchos decidieron ir al cine simplemente porque vieron en ese cartel el nombre de Pitt junto con el de Sean Penn. Y ahí encontramos el primer gran problema de los espectadores que salieron decepcionados de las salas: la falta de información. Independientemente de si después de verla nos gusta la película o no, es fundamental saber qué tipo de película vamos a ver.

"El árbol de la vida" es compleja de explicar y de enmarcar porque no hay muchos largometrajes en el cine actual que se le parezcan. El ritmo de la película es lento, cosa que en principio no es ni buena ni mala; sólo es un hecho. Esto puede que le choque a algunos espectadores, ya que vivimos en un mundo en el que la rapidez y la acción es fundamental. También el director utiliza un lenguaje cinematográfico distinto al que estamos acostumbrados. En definitiva, no estamos ante una película normal y corriente.


La historia comienza cuando el matrimonio O'Brien se entera de que su hijo de 19 años ha fallecido. Tras esto, damos un salto en el tiempo y conocemos al personaje interpretado por Sean Penn. Se trata de Jack, y es otro de los hijos del matrimonio (concretamente, es el hijo mayor). A partir de aquí Malick realiza un retrato de la infancia de Jack, desde su nacimiento. La película tiene una parte bastante "chocante": en un momento determinado del comienzo, la narración se "interrumpe", dejando paso a una serie de imágenes sobre la creación, los planetas, los dinosaurios, seres marinos y demás (como se puede ver el fotograma superior). Aunque las imágenes traten de conectar el inicio de una vida humana con el comienzo de toda vida del universo, su duración injustificada es excesiva (aproximadamente un cuarto de hora).


Una vez ha pasado este (extraño) cuarto de hora, la película se centra en la historia de la infancia de Jack. Encontramos una gran carga teológica: uno de los temas fundamentales es la relación que tienen los personajes protagonistas con Dios, cómo les ayuda y las preguntas que le hacen. "El árbol de la vida" versa sobre una de las grandes cuestiones de la humanidad: ¿Por qué? ¿Por qué a las personas buenas les ocurren cosas malas? Si hay Dios, ¿por qué permite el sufrimiento y las muertes prematuras? La infancia de Jack también está marcada por Dios. De hecho, se desarrolla alrededor de la figura del padre, que tiene una doble dimensión: la relación con su padre biológico (Brad Pitt) y también con Dios, al que también llama Padre.


El reparto realiza unas interpretaciones realmente brillantes. El padre, Brad Pitt, y la madre, una impresionante Jessica Chastain, forman dos ejes fundamentales y muy diferentes en el relato. El otro gran protagonista no es Sean Penn (que por cierto, realiza unas apariciones bastante breves, en comparación con el metraje de la película), sino Hunter McCracken, que da vida a Jack de niño. Todos ellos dirigidos con maestría por Malick, un personaje al que envuelve un cierto aire de misterio, ya que nunca concede entrevistas y hay pocas fotografías suyas. Estudió filosofía en Harvard, hecho que ha marcado su obra profundamente.


Es una película para ver con una mentalidad abierta, disfrutando de cada plano que se ofrece. El epílogo es realmente emocionante, y de lo mejor de las 2 horas y 20 minutos que dura el film. Una obra que nos deja un mensaje para que disfrutemos de la vida, aceptándola con sus cosas malas y sus cosas buenas. Ten esperanza. Asómbrate. Perdona. Ama.

25 de septiembre de 2011

'La piel que habito': Vivir en otra piel

Dos cuadros de Tiziano adornan el pasillo: "La Venus de Urbino" y "Venus y Cupido". Pinturas que reflejan el cuidado que ponían los pintores venecianos del Renacimiento en mostrar unas pieles perfectas, dignas de las diosas a las que revestían. Y dentro de la habitación, Elena Anaya. Está tumbada en la cama, sobre una colcha, poniendo una pose que hace que se asemeje a una de estas diosas romanas. Pegado a ella, un body de color carne que se ajusta a cada centímetro de su piel, desde el cuello hasta las puntas de los dedos de los pies. Y bajo este body, una nueva piel. "La piel es la frontera que nos separa de los demás, determina la raza a la que pertenecemos, refleja nuestras raíces, ya sean biológicas o geográficas. Muchas veces refleja los estados del alma, pero la piel no es el alma".


Estas últimas palabras son de Pedro Almodóvar, quien lleva años dándole vueltas al tema de la piel, buscando ideas para realizar un guión que gire sobre este tema. Finalmente, el resultado fue esta película, "La piel que habito". En ella el protagonista es el doctor Robert Ledgard (Antonio Banderas), un cirujano que busca la piel perfecta, resistente a incidentes como picaduras o quemaduras. Las pruebas las realiza en su casa, una mansión llamada "El cigarral", que antiguamente también utilizaba como clínica estética. La mujer que sirve como "cobaya" para sus experimentos es Vera (Elena Anaya), a quien tiene encerrada en una habitación de la casa sin contacto con el exterior. Además de las visitas que le hace el doctor, la única forma que tiene para comunicarse con una persona es a través de un telefonillo que le pone en contacto con Marilia, la asistenta (Marisa Paredes).

Banderas, Anaya y Paredes forman el trío protagonista, que junto a los otros dos actores que les apoyan, Blanca Suárez y Jan Cornen, huelen a nominaciones seguras al Goya. Además de ellos también participan en el filme actores con papeles más pequeños, como Eduard Fernández, Bárbara Lennie, Susi Sánchez o Roberto Álamo.


Almodóvar dio indicaciones a Antonio Banderas y Elena Anaya para que interpretasen sus personajes de forma muy sobria, inspirándose en el cine negro. Y por estas interpretaciones y los decorados ha conseguido lo que buscaba: una película con un aire más oscuro que sus obras anteriores, en la que no hace falta hablar para mostrar lo que se siente. La mejor interpretación la deja Anaya, que tiene unos de los ojos más expresivos del cine español. La actriz tuvo que prepararse físicamente para su papel, cogiendo peso y modelando su figura practicando el yoga. Su piel, que vemos en los momentos en los que está fuera del body, fue retocada digitalmente para que tuviese una apariencia perfecta.

La película nos va mostrando la relación entre el creador y la criatura, y pone temas sobre la mesa como el avance de la ciencia y su relación con la ética. No todo el largometraje se desarrolla dentro de la casa: a través de flashbacks conocemos el pasado del doctor Ledgard y vamos reconstruyendo su historia hasta llegar a lo que es.


El problema empieza cuando el director comienza a "hacer de las suyas", y se produce un choque en el que el espectador no sabe cómo reaccionar. En la proyección de "La piel que habito" en el Festival de Cannes, hubo risas en un momento supuestamente dramático. Sin embargo, Almodóvar afirma que no era su intención hacer humor en la película. ¿Qué ha sucedido? Que en la película uno de los personajes, Zeca (interpretado por Roberto Álamo, conocido por su papel de Juan en "Águila Roja") hace su entrada en la casa y en el film vestido de tigre. Y si en una película así metes un hombre de 40 años disfrazado de tigre, el resultado es, por decirlo de alguna manera, confuso. El director tenía sus razones para introducir el traje de tigre, ya que con esto se produce una gran metáfora, en el que se compara al tigre, encerrado en su jaula, con el personaje de Vera, presa en la mansión. También se produce una gran paradoja, según él, pero esta no se puede contar aquí porque se desvelaría parte de la trama. Tal vez la aparición del personaje-tigre sea lo peor de la película, ya que parece que Almodóvar está caricaturizando su propio cine.


A pesar de esto, es cierto que ha conseguido un largometraje diferente, con un giro narrativo que, aunque se ve venir un poco, no deja de sorprender. El 28 de septiembre sabremos si es seleccionada para representar a España en los Oscar.

19 de septiembre de 2011

'Con faldas y a lo loco': Nobody's perfect

¿Qué es lo que hace que una película sea nuestra favorita? Puede que lo que diferencie a nuestra película preferida de las demás sean sus actores o el director. Quizá sea el mensaje que lleva en su interior, su filosofía. O que la hayamos visto en un momento de nuestra vida en la que estuviésemos pasando por algo semejante. Puede que nos recuerde a algo o a alguien. A lo mejor, ni siquiera tenemos una.

Hasta hace relativamente poco (no llega a los tres años) no tenía una sola película favorita. Tampoco (y esto no lo digo con orgullo) había visto muchas película que tuviese más años que yo, aproximadamente. Pero llegó está película y cambió mi pequeño mundo cinematográfico. Después del título del post, es fácil adivinar cuál es. Estoy hablando de “Con faldas y a lo loco” (Billy Wilder, 1959). Hace poco me han preguntado por qué es mi favorita. Y aquí está el porqué.


1. La primera razón es su director, Billy Wilder, que también firma el guión, junto a I.A.L Diamond. Ambos trabajaron juntos en varias películas dirigidas por el propio Wilder, como “Un, dos, tres”, “El apartamento”, o “Primera plana”.

2. La segunda razón, relacionada con la anterior, es que con esta película podemos hablar de COMEDIA, así, con mayúsculas. Este film, como otros de Wilder, está basado en un guión sólido, lleno de detalles ingeniosos y humorísticos. Hoy en día la comedia está infravalorada; es considerada como un género menor. ¿Os imagináis que el premio Oscar a “Mejor película” se lo llevara una comedia? Impensable, ¿verdad? Y esto es porque a cualquier cosa se le pone esta etiqueta si no cabe en los cánones establecidos para otros géneros como “terror” o “drama”. Ojalá hubiese más guiones como los que Diamond y Wilder elaboraban, porque así puede que la palabra recuperara un poco de prestigio. Por cierto, “El apartamento” sí ganó dicho Oscar, en 1960.


3. Por ese maravilloso Jack Lemmon, que haga lo que haga lo hace bien. Por lo bien que le sienta el traje de mujer, la gracia que me hace su risa fingida, sus explicaciones de cómo se han producido los agujeros de bala en su bajo, la forma de lidiar con Osgood y en definitiva, por ser el alma de la película.

4. Por Tony Curtis, especialmente por su interpretación dentro de la película del señor Shell, inspirado en Cary Grant, personaje al que Billy Wilder admiraba (creía que era el mejor actor del mundo) pero con el que nunca pudo trabajar.

5. Por la química que hay entre ambos, semejante a la existente entre la pareja Jack Lemmon – Walter Matthau. Porque cuando los ves juntos, crees que son amigos de toda la vida. Y por su entrada triunfal en el andén de la estación de tren.


6. Por Joe E. Brown, es decir, por Osgood Fielding III, el personaje que se enamora de “Daphne”. Este actor comenzó en el cine mudo, y su imagen ha quedado inevitablemente enlazada a la última imagen de esta película.

7. Por sus líneas de guión brillantes, empezando por el “Nadie es perfecto” que corona el largometraje. Esta frase originalmente fue propuesta por Diamond como algo provisional, pensando que ya pondrían otra frase cuando se les ocurriese algo gracioso. Pero finalmente así se quedó, y llegó a convertirse en una de las frases más famosas de la historia del cine. También destacan las inocentes frases de Sugar, las expresiones de Jerry/Daphne (¡Fresco!), y sobre todo, los “enfrentamientos” entre Joe y Jerry.


8. Por Sugar Kane Kowalczyk, es decir, Marilyn Monroe, quien realiza en “Con faldas y a lo loco” una de sus mejores interpretaciones. Viendo la película se entiende por qué Billy Wilder volvió a trabajar con ella, a pesar de que tras “La tentación vive arriba” dijo que no volvería a contar con la actriz. Sin duda, Monroe era la opción perfecta para el papel. El mismo Wilder afirmó que lo que le molestaba de ella era que llegaba siempre tarde al rodaje, pero que después de ver cómo habían quedado las tomas, se lo perdonaba todo.

9. Por las canciones interpretadas en la película: “I wanna be loved by you” y “I’m through with love” (también “Runnin’ wild”, pero esta tiene una duración muy corta), por estar perfectamente acompasadas con la película y porque la voz de Monroe las hace más bellas.


10. Y por último, porque esta película fue la que me abrió las puertas al mundo del cine clásico, la que hizo que me interesara por esas películas a las que algunos espectadores rechazan porque “son en blanco y negro” o directamente porque “son muy antiguas”. Esta fue la primera, y tras esta vinieron muchas otras. Y así fue como recorrí Roma con Audrey y Gregory; me sumergí en los casinos de Buenos Aires con Rita; busqué millionarios con Lauren; bajé de los cielos con Gloria y subí a la cima con Wells; perdí el tranvía de Marlon; atrapé al ladrón con Grace; cuidé del leopardo con Katharine; me hice rebelde con James; escalé por el monte Rushmore con Cary; canté bajo la lluvia con Gene y bailé en los jardines con Fred.

16 de septiembre de 2011

'El crepúsculo de los dioses': Everyone loved her (I)

En 1950 se estrenó “El crepúsculo de los dioses”, una joya del cine negro dirigida por Billy Wilder. El título original de esta película es “Sunset Boulevard”, y es que la acción se desarrolla en este lugar de Hollywood. La narración de la película es bastante novedosa, ya que al comienzo se nos presenta al protagonista muerto, flotando en una piscina, mientras suena una voz en off. Esa voz resulta ser la del hombre fallecido, quien nos cuenta su historia mediante un flashback, que se desarrolla durante el resto de la película.


La historia comienza cuando un guionista, Joe Gillis, acaba por casualidad en la mansión de la famosa estrella de cine Norma Desmond cuando huye de unos tipos a los que debe dinero. Joe está sin blanca, así que cuando Gloria le ofrece un trabajo como corrector de un guión que ella misma ha escrito, este lo acepta. Desde ese momento, Joe queda atraído inevitablemente a la mansión y a Norma.

Cuando se estrenó la película, muchos se sorprendieron y pensaron que Wilder había cavado su propia tumba, ya que no es fácil hacer una película crítica sobre Hollywood y salir bien parado. La situación que se presenta en “El crepúsculo de los dioses” es algo que hoy en día también podemos encontrar. Norma Desmond es una actriz madura de cine mudo, que ha visto como con la entrada del sonido todo ha cambiado en la industria cinematográfica. Tras sus años de esplendor, nadie la quiere para participar en sus películas. Incluso hay quienes piensan que está muerta. ¡Cuántas actrices encontramos en el panorama actual a las que no se les ofrecen papeles interesantes cuando rondan los 40!


Sin embargo, Desmond está encantada consigo misma. Es un personaje tremendamente narcisista; su casa está llena de retratos de su juventud y espejos. Su última idea ha sido escribir un guión para una película de la que está segura que será la protagonista. Esta última parte no será nada extravagante, si no fuese porque el papel que quiere interpretar es el de la princesa Salomé.

La actriz Gloria Swanson es la que interpreta a la vanidosa Norma Desmond. Ella, al igual que su personaje, fue una estrella del cine mudo, y por aquel entonces el público también “la había olvidado”. Las fotos que aparecen por la mansión son de la propia Swanson, y la película que se proyecta en una secuencia también es una obra real en la que apareció. Por otra parte, quien da vida al guionista Joe Gillis es William Holden. El papel iba a ser en principio para Montgomery Clift, pero este lo rechazó tres días antes de iniciar el rodaje, ya que no quería que se estableciesen paralelismos entre su rol en la película y su vida real (Clift estaba saliendo con una mujer mayor adinerada). La relación profesional entre el director y Holden llegó a ser buena, ya que el actor volvió a colaborar con Wilder en películas como "Sabrina" o "Fedora".


Los otros dos papeles destacados del largometraje son el de Betty Schaefer, una correctora de guiones y sobre todo el de Max, el fiel criado de Norma Desmond. Están interpretados, respectivamente, por Nancy Olson y Erich von Stroheim. Estos cuatro actores fueron nominados para el Oscar por sus interpretaciones. La película fue candidata para once premios en total, incluyendo “Mejor dirección” y “Mejor película”. Finalmente, “Eva al desnudo” (de Joseph L. Mankiewicz) se llevó el gato al agua en estas dos últimas categorías. “El crepúsculo de los dioses” se llevó tres Oscar, al “Mejor guión original”, “Mejor dirección artística en blanco y negro” y “Mejor banda sonora original”.

Nos encontramos ante una de las mejores películas de Wilder; un film inquietante y lleno de detalles, que no deja a nadie indiferente.

13 de septiembre de 2011

'Happythankyoumoreplease': Go get yourself loved!

¿Qué puedes hacer si te encuentras a un niño solo en el metro? De todas las respuestas posibles a esta pregunta, seguramente una de las menos probables sería "llevármelo a mi casa para que viva conmigo". Sin embargo, este es el punto de partida de la que es para mí una de las sorpresas del año: "Happythankyoumoreplease".


Sí, el título está bien escrito; no se me ha ido la olla ni se me ha olvidado poner espacios entre las palabras. A pesar de su llamativo nombre, la ópera prima de Josh Radnor ha pasado bastante desapercibida en la cartelera española. "Happythankyoumoreplease" (que a partir de ahora aparecerá como "HappyTYMP") ha sido etiquetada como "película indie", lo que es una cosa positiva y a la vez negativa, según se mire. Positiva, porque hay un sector cinéfilo sediento de películas de este tipo (comedias como "500 días juntos"), y a la vez negativa, porque también hay gente que le tiene alergia a todo lo clasificado como "independiente", "alternativo" o adjetivos similares.


Indie o no, es una película que merece la pena ver, por su humor (una película que no tiende al chiste fácil ¡yuju!) y su equilibrio entre el drama y la comedia. La historia de la película se divide en tres bloques, relacionados a su vez entre sí. El primero se centra en el protagonista, Sam (interpretado por Josh Radnor), en la convivencia con el niño que encuentra en el metro, Rasheen (Michael Algieri) y de sus intentos de conquistar a una camarera de la que se ha enamorado, a la que llaman Mississippi (Kate Mara). El segundo bloque habla de la vida sentimental de la mejor amiga de Sam, Annie (Malin Akerman), que sufre alopecia debido a su enfermedad. Y la tercera parte de esta historia la protagoniza otra de las amigas de Sam, Mary Catherine (Zoe Kazan) y su novio, Spencer (Bram Barough).


Ya hemos visto cientos de veces el motivo de "niño que comienza a vivir con un hombre soltero y trastoca su vida" (como en la película "El chico", protagonizada por Bruce Willis). Y también hemos visto cómo el personaje de una mujer con una enfermedad (cáncer o similar) da un sentido trágico al largometraje (y aquí mencionaré, oh, sí, "Un paseo para recordar", protagonizada por Mandy Moore). Lo que me gustó de "HappyTYMP" es que no utiliza estos elementos para conseguir la lágrima fácil o un final con una moraleja rimbombante. Se trata de una película sencilla, sin grandes pretensiones, divertida (aunque tiene sus momentos tristes) y que al final deja un buen sabor de boca.


Él se lo guisa y él se lo come. Josh Radnor dirige la película, firma el guión y es el actor protagonista. Al principio resulta un poco extraño verle interpretando al escritor Sam Wexler, ya que su imagen ha quedado ligada inevitablemente al personaje de Ted Mosby, de la serie "Cómo conocí a vuestra madre". Pero a medida que van pasando los minutos esa sensación se hace más difusa, por suerte. En cuanto al resto del reparto, Malin Akerman destaca por su papel en "Watchmen"; Kate Mara es conocida por participar en películas como "127 horas" y en series como "24" y a Zoe Kazan la hemos podido ver en largometrajes como "No es tan fácil" o "Revolutionary road".


Una película con buenos puntos de humor en el guión (como el de las galletas en la fiesta), pequeñas reflexiones filosóficas sobre la felicidad y el optimismo y momentos que le dan personalidad propia al film (la muy bien tratada confesión de Mary Catherine a Spencer, el contrato de las tres noches). Todo ello acompañado de una banda sonora compuesta de canciones "indies", que recuerda a la de la película "Juno". Ideal para verla un fin de semana o cuando se está de bajón.

6 de septiembre de 2011

'Balada triste de trompeta': La Venganza, el Circo, la Cruz y la Vida

Si los protagonistas de esta película no fuesen payasos, serían asesinos. Así de claras deja las personalidades de los personajes una frase del guión de “Balada triste de trompeta”, el último (por el momento) largometraje de Álex de la Iglesia. En los días previos a la gala de los Goya de este año se perfilaba como una de las grandes ganadoras, ya que era el film con más candidaturas, con un total de 15. Sin embargo, finalmente se tuvo que conformar con dos Goyas “menores”, el de Mejor maquillaje y/o peluquería y Mejores efectos especiales.


“Balada triste de trompeta” es una película difícil de describir. Uno de los ejes fundamentales es el siguiente: el personaje de Javier (Carlos Areces) comienza a trabajar de payaso en un circo, donde se encuentra a Natalia, la “chica de la tela” (Carolina Bang), de la que se enamora. Sin embargo hay un problema: Natalia tiene pareja. Su novio es el otro payaso del espectáculo, Sergio (Antonio de la Torre), un hombre con fuerte carácter, posesivo, celoso y un maltratador en potencia. Javier es todo lo contrario a él, por lo que se gana la atención de Natalia. Y esto, por supuesto, desata un conflicto entre ambos payasos.

Esto puede que sea lo más fácil de contar; lo que más se adapta a nuestros cánones a la hora de ver una película. Pero lo que diferencia a “Balada triste…” de otras obras es que hay más sentimientos y motivaciones detrás de los personajes. Nada más empezar la película, conocemos un capítulo clave en la vida de Javier. Cuando era pequeño, su padre (un fantástico Santiago Segura), también payaso, es reclutado por el bando republicano en mitad de una función. Lo que viene a continuación debido a este hecho marcará para siempre la personalidad de niño, condenado a ser el payaso triste, ya que su vida ha estado marcada por el sufrimiento y nunca podrá hacer reír.


Los primeros minutos de la película son impresionantes por tres razones. La primera, por la visión de los personajes circenses luchando, que es cuanto menos, curiosa. La segunda, por los títulos de crédito, chocantes. Y la tercera, por la conversación que tiene Javier con su padre, que contiene la clave de la película, resumida en una palabra: venganza.

A lo largo del filme vemos cómo los personajes se van volviendo más y más patéticos, envueltos en unos sentimientos vengativos que no pueden controlar, actuando casi por inercia, con el sólo conocimiento certero de que el otro es el enemigo. Repitiendo la historia de sus padres, la historia que hoy en día, después de casi tres cuartos de siglo, todavía arrastramos, vivimos, contemplamos y alimentamos. La película se convierte en una gran metáfora de nuestros enfrentamientos por una guerra que, aunque lo parezca en ocasiones, no, no es la nuestra.


No a todo el mundo le va a gustar esta película. No es fácil de ver, y se han hecho críticas como que “ofrece violencia gratuita” o que “es aburrida”. Si es gratuita no lo sé, pero violencia, sí, hay bastante, al más puro estilo Tarantino. Y ya que hablamos de este director, merece la pena mencionar la anécdota que comentó Álex de la Iglesia en el reportaje que la revista “Fotogramas” hizo de la película: “Durante el pase en el Festival de Venecia yo oía unas carcajadas tremendas en las secuencias más terroríficas, y pregunté: ¿Quién es ese tío que va a molestar al jurado con su risa atronadora? El presidente del jurado (Quentin Tarantino), me dijeron. Vale, no le molestéis, contesté.”


Uno de los puntos fuertes del film es la interpretación de Antonio de la Torre (en la foto que se encuentra debajo de este párrafo, agarrando a Carlos Areces), que demuestra que los papeles de “malo” le sientan como anillo al dedo. También podemos deleitarnos con la corta pero brillante actuación de Terele Pávez (que por cierto, fue nominada a Mejor actriz de reparto, a pesar de que no aparece más de unos minutos. Cosas de la Academia). Y en cuanto a lo peor, se llevaría la palma uno de los momentos finales del “motorista fantasma”, Alejandro Tejerías. Si ves la película, seguro que sabréis de qué momento hablo. También uno de los fallos es que el hilo argumental se pierde ligeramente entre las dos partes de la película (si la dividimos en la parte del circo y la post-circo). Y por último, la personalidad del personaje interpretado por Carolina Bang (que por cierto, sale guapísima en la película), con cambios bruscos e incomprensibles, por lo menos desde mi punto de vista.


Casi se me olvidaba: otro espacio aparte se merece el rol que tiene en la película el cantante Raphael y su canción, que da nombre a la película. Pero creo que todavía sigo dándole vueltas en mi mente a este asunto. No sé si me parece un guiño gracioso o simplemente me parece una acción desafortunada.

Para acabar, sólo voy a hacer un comentario: ya no volveré a ver las planchas de la misma forma (ya entenderéis el porqué). Y en cuanto a los payasos… bueno, todos sabíamos de antes que daban miedo.

2 de septiembre de 2011

Londres de cine

Aunque no hayas pisado Londres, seguro que sabes nombrar todos los lugares destacados de la ciudad. Debido a la gran fama que ostenta la capital europea, parece que todos conocemos el Big Ben o el Palacio de Buckingham, ya que los hemos visto cientos de veces en televisión o en fotos. Por eso, ¿por qué no realizar una ruta alternativa por la ciudad? Estos son once escenarios londinenses protagonistas de producciones cinematográficas. Si quieres, pincha en la imagen para ampliar el mapa. También puedes clickear sobre el texto cuando las letras estén en cursiva, para ver los vídeos relacionados.


El barrio de Notting Hill (1) vio cómo su fama aumentó considerablemente tras el estreno de la película homónima de Roger Michell, estrenada en 1999 y protagonizada por Julia Roberts y Hugh Grant. Ahora algunos comerciantes exhiben orgullosos el cartel de la película en sus escaparates y los turistas se hacen fotos frente a “The travel bookshop”, la librería de viajes en la que se inspiraron los creadores de la película.

El mercado de Portobello Road es uno de los grandes atractivos del barrio. Allí podrás sentirte como Hugh Grant en una de las escenas más reconocibles del cine de los últimos años. Paséate por los puestos tarareando “Ain’t no sunshine when she’s gone” (las estaciones no irán cambiando, así que pierde un poco la gracia, pero bueno) o compra un bollo en una de las bonitas pastelerías de la calle y compite con tus amigos por él: el que tenga la vida más triste, se lo lleva.


De los 90 pasamos a la época victoriana, con Sherlock Holmes. A pesar de que se habían realizado numerosas adaptaciones anteriormente, Guy Ritchie decidió hace un par de años dar otra vuelta de tuerca al clásico literario de Conan Doyle. Para ello contó con Robert Downey Jr como Holmes y Jude Law como el doctor Watson. Y sí, salió una versión más moderna y el filme debió funcionar bien, ya que va a haber secuela (Sherlock Holmes: Juego de sombras), pero no deja de ser una película para pasar el rato. El domicilio del detective se encontraba en la ficción en el 221 de Baker Street (2). Durante años, llegaron cartas y cartas a esta dirección solicitando ayuda al personaje.

Y ya que este lugar se hizo tan popular, ¿por qué no sacar partido de ello? Así fue como surgió el “Sherlock Holmes museum”, que hace las delicias de los fans de Holmes por sólo 6 libras para los adultos y 4 para los niños. También dispone de una tienda, en la que se pueden adquirir objetos como la gorra del detective u ositos disfrazados de Holmes. Baker street está cerca de Oxford Street, la calle comercial más importante de la ciudad. Si estás cansado, te aseguro que te parecerá la calle más larga del mundo.


“Ha sido el primer lugar que se me ha venido a la cabeza”, decía Hermione después de llevar a Harry y Ron hasta Piccadilly Circus (3) en Harry Potter y las reliquias de la muerte, parte I (David Yates, 2010). En esta plaza es donde vemos una de las pocas escenas desarrolladas en la saga Harry Potter dentro del mundo muggle. Lo que da identidad a este lugar son los enormes paneles luminosos de publicidad y la estatua de Eros, alrededor de la cual la gente se amontona.

Pero si hay un sitio de Londres íntimamente relacionado con la saga, este es la estación de King’s Cross (4), de donde salía cada año el “Expreso de Hogwarts”. Para seguidores de Harry Potter y turistas en general se ha creado el espacio dedicado a la “Plataforma 9 y ¾”, a la que los magos tenían que acceder para coger el tren. Se trata de un muro atravesado parcialmente por un carrito portaequipajes, que se puede agarrar para hacerse una foto simulando que entras a la plataforma.


¿Cualquier persona, por poca educación que haya recibido, puede aprender a hablar correctamente y comportarse como alguien de la alta sociedad? Por lo que nos muestra la película My fair lady (George Cukor, 1964), sí se puede. El profesor Higgins (Rex Harrison) apostaba con su colega que podría cambiar a la vendedora de flores Eliza Doolittle (Audrey Hepburn) hasta convertirla en una auténtica dama, de tal forma que nadie se diese cuenta de su procedencia.

Eliza se encuentra con el profesor en el Covent Garden (5), su “lugar de trabajo” habitual, cuando este sale del teatro. Actualmente este teatro, el “Royal Opera House”, sigue en pie, aunque fue reconstruido. El Covent Garden es un lugar perfecto para pasear relajadamente, tomar un café (aviso: ten la cartera preparada), visitar sus puestos de artesanía o pasar un rato admirando las actuaciones callejeras


Hablando de forma general, podríamos decir que la mayoría de roles que ha realizado Hugh Grant se dividen en dos grandes bloques: el primero, los de hombre importante, con dinero y arrogante (al que después se le ablanda el corazón, por supuesto) y el segundo: de “pringao”. En “Love Actually” (Richard Curtis, 2003) le tocó un papel del primer grupo, e interpretó nada más y nada menos que al Primer ministro británico. Su historia es una de las muchas que la película (una de las pocas que sí merece el calificativo de “comedia romántica”) entrelaza.

En la película podemos ver cómo Grant entra en la residencia oficial de los Primeros ministros, situada en el número 10 de Downing Street (6). Si pensabas hacerte una foto frente a la puerta, vete olvidando, ya que no se permite el acceso a la calle (cortesía de Margaret Thatcher, por razones de seguridad). Así que la única vista que se puede tener es la que se ve en la imagen que acompaña a este párrafo.


La historia de cómo el rey Jorge VI de Inglaterra luchó contra su tartamudez se llevó de calle a los académicos de Hollywood. “El discurso del rey” (Tom Hooper, 2010) ganó cuatro Oscar en 2011: Mejor película, director, actor protagonista y guión original. La película, encabezada por un trío de ases (Colin Firth, Helena Bonham Carter y Geoffrey Rush) relata parte de la vida del que es padre de la actual reina de Inglaterra.

Es una historia de superación y amistad, en la que también se puede ver el enorme cambio que supuso la entrada de la radio en la vida cotidiana. Los discursos por este medio de comunicación tomaron un papel fundamental en el ámbito político. Uno de los más importantes que se ven en la película es el que George VI realizó en el Palacio de Buckingham (7), residencia de los monarcas británicos, tras la decisión de que Inglaterra iba a participar en la II Guerra Mundial. Aquí podemos ver escenas en las que el pueblo londinense abarrota los alrededores del Palacio de Buckingham. Normalmente los exteriores del edificio están más o menos igual de llenos, sobre todo a las horas del cambio de guardia. Si estás realizando una visita rápida a la ciudad, no merece la pena quedarse esperando para verlo.


Precisamente la coronación que aparece en la película “El príncipe y la corista” (Laurence Olivier, 1957) es la de Jorge V, padre del mencionado Jorge VI. Debido a esta coronación, miembros de la nobleza europea acuden a Londres. Este es el caso del príncipe regente de Carpatha, interpretado por Laurence Olivier (que también dirige el film, y se merece un gran “¿en qué estabas pensando?”). El regente se “encapricha” de una corista y la invita a cenar. La película narra qué pasa en esa cena y en las horas siguientes. Marilyn Monroe es dicha corista, y es la única razón para ver la película, que se hace bastante aburrida.

Ella protagoniza uno de los mejores momentos del largometraje, cuando en la coronación, realizada en la Abadía de Westminster (8), comienza a admirar los detalles del edificio, acompañada de la música, que nos ayuda a recordar ese ambiente de serenidad que se respira en los edificios religiosos. La Abadía es el lugar en el que se celebran tradicionalmente todas las coronaciones de los monarcas británicos, desde el siglo XI. Para visitarla por dentro es probable que te toque esperar cola, debido a la aglomeración de turistas.


¡Volarás, volarás, volarás! Y los alegres niños de la familia Darling (oh, sí, ese era su apellido) volaron junto a Peter Pan y Campanilla, siguiendo la segunda estrella a la derecha, y todo recto hasta el amanecer. Por el camino pararon en las agujas del Big Ben (9) (haciendo que se adelantase la hora, por cierto) y sobrevolaron también la Catedral de St. Paul y el Puente de la Torre. Esta escena es una de las más recordadas del clásico de Disney de 1953.

Símbolo por excelencia de la ciudad, el Big Ben (nombre por el que llamamos comúnmente a la torre del reloj, pero que en realidad se refiere a una de las campanas) es un sitio de foto obligada. Está situado en el impresionante Palacio de Westminster, sede del Parlamento británico. Si todavía no has ido a Londres, un aviso: no, el Big Ben no es una gran torre. Es mejor concienciarse antes de llegar allí y poner cara de decepción… Y a quien ya lo haya visto y le haya decepcionado: sí, "sólo" es una torre de media altura con un reloj. ¿Qué esperabas?.


Quien piense que los musicales son pastelosos y alegres en exceso debería ver “Sweeney Todd, el barbero diabólico de la calle Fleet” (Tim Burton, 2007), la macabra película que cuenta la leyenda de dicho personaje. Mientras que Johnny Depp iba cortando las cabezas de sus clientes, la “adorable” Mrs. Lovett (Helena Bonham Carter) ponía en práctica la ley más importante de la economía doméstica: no se tira nada, todo se puede aprovechar. La película también cuenta con la participación del gran Alan Rickman.

Según la leyenda, Todd tenía su barbería en la calle Fleet (10). Hoy en día esta calle presenta un aspecto menos tenebroso que el de la película (quizá gane puntos en los días de niebla), y está repleta de pubs. Si se pasea por ella se puede vislumbrar la Catedral de St. Paul, y también cerca de la calle se encuentra el edificio de los Reales Tribunales de Justicia.


Y para finalizar el recorrido cinematográfico, otro de los símbolos de la ciudad: St. Paul’s Cathedral (11). Esta catedral del siglo XVIII es la obra maestra del arquitecto Christopher Wren y posee una de las mayores cúpulas de Europa. El edificio aparece como uno de los protagonistas en la canción de la película “Mary Poppins” (Robert Stevenson, 1964) llamada “Feed the birds”.

Esta canción es cantada por Mary mientras sostiene en sus manos una bola de cristal que contiene una imagen de la catedral. La película también nos ofrece panorámicas de la ciudad con la llegada de la institutriz, volando con su paraguas. Aunque la dirección en la que residía la familia Banks era ficticia, el film protagonizado por Julie Andrews y Dick Van Dyke es uno de los que más se relacionan con la ciudad.