El juego con la ficción y la realidad es una constante a lo largo de la historia del séptimo arte. Y dentro de este campo, la temática del cine dentro del cine es una de las más usuales. Existe una amplia variedad de películas en las que un rodaje se convierte en el centro de la trama. Así pasa en films como Cantando bajo la lluvia, Un final made in Hollywood o También la lluvia. Ahora, Baztan se incorpora a esta extensa y siempre interesante lista.
La película gira alrededor de la discriminación de la raza de los agotes, y para ilustrarlo desarrolla dos líneas paralelas que se irán intercalando. La primera (la de la realidad) será la que nos guíe por el valle de Baztan en la actualidad, donde llega un equipo con el objetivo de rodar una película sobre los agotes ambientada en el siglo XVII. La segunda línea (la de la ficción) está constituida por escenas de esa misma película.
La parte que nos traslada al siglo XVII es la que nos proporciona un hilo narrativo, ya que la centrada en la actualidad sigue un estilo semejante al que podríamos encontrar en un documental. Aquí vemos a los habitantes del valle preparándose para el rodaje, a una periodista que realiza una entrevista a un hombre descendiente de agote y a los propios actores que intervendrán en la película. Así, vemos a Unax Ugalde y a Carmelo Gómez interpretándose a sí mismos. De hecho, Baztan contiene varios guiños cinéfilos relacionados con la película Vacas, de Julio Medem, e incluso Carmelo Gómez aparece comentando sus recuerdos sobre este trabajo.
Toda esta arriesgada estructura está al servicio de un único objetivo: acusar la discriminación del extraño, del que es diferente. La película señala el peso de los prejuicios y su permanencia en el tiempo. En cierto modo, se asemeja con la antes mencionada También la lluvia, de Icíar Bollaín, que nos contaba el proceso de creación de una película acerca de la llegada de Colón a América. Si de esta forma Bollaín nos desvelaba paralelismos entre la situación vivida en el siglo XV y la actual, Baztan también nos enseña que, a pesar del transcurso del tiempo, todavía quedan restos de la exclusión que se daba hace cientos de años.
El formato y la temática del film pueden dejar a mucha gente fuera: la parte más "documental" puede desorientar y tarda en arrancar. No es apta para el "gran público", pero aún así es un buen ejemplo de cómo nuestro cine es capaz de presentar trabajos alternativos e interesantes.
Publicado en www.puntoencuentrocomplutense.es