Con este
panorama, parece inevitable buscar una alternativa a este modelo tradicional.
Está claro que los hábitos de consumo de películas han cambiado y el visionado
ya no se reduce a una pantalla de cine o de televisión. Los ordenadores, las
tabletas e incluso los móviles se han convertido en la opción de muchos
espectadores a la hora de disfrutar de un film. Y por supuesto, Internet se ha
convertido en el actor principal de este gran cambio, interpretando un doble
papel. Por un lado, el de villano (no olvidemos que España es uno de los países
en los que se realizan más descargas ilegales) y por otro, empieza a perfilarse
como la figura del aspirante a héroe. Es aquí donde entran en juego las
plataformas de Vídeo bajo demanda (VOD).
Estas
plataformas, semejantes a videoclubs online, se presentan bajo diferentes
modalidades. Podemos encontrar oferta de VOD gracias a páginas web como las de Filmin o Filmotech, a través de los servicios ofrecidos por las televisiones
de pago (como en el caso de ONO o Movistar Imagenio) e incluso las cadenas de
televisión Telecinco y Antena 3 se han sumado a esta nueva tendencia, a través
de las iniciativas Mitele y Nubeox, respectivamente. Todos estos
espacios permiten al usuario alquilar o descargar de forma legal películas para
todos los gustos. Las ventajas que aporta este modelo son evidentes, comenzando
por la libertad total del espectador para ver el film que prefiera cuando y
donde quiera. Además, los alquileres cuentan con precios asequibles, que rondan
los 3 euros de media.
Aún así, el
VOD todavía está dando sus primeros pasos en España y es un terreno desconocido
para gran parte de la población. El modelo a seguir es el americano, donde
encontramos a la todopoderosa Netflix,
plataforma fundada en 1997 y que ha conseguido que el visionado en streaming de los contenidos
audiovisuales sea un hábito consolidado al otro lado del Atlántico. A primeros
de año la compañía llegó a Reino Unido e Irlanda y tiene planes de expandirse
por más países europeos.
La gran
incógnita es: ¿llegará el VOD a convertirse en un medio más para los estrenos
cinematográficos? El pasado mes de julio, Paco León intentó comprobar si esta
era una opción viable, mediante el lanzamiento simultáneo de su obra Carmina o revienta en cines, DVD y VOD.
El actor y director se mostró optimista con su arriesgado plan: “Yo creo que el
futuro es simultáneo. Y cuanto antes sean cómplices de esto las salas, los
exhibidores, mejor les irá y mejor nos irá a todos. Es la única alternativa
frente a la piratería: precios muy baratos e inmediatez”. Un punto de vista que
chocó con el sector de la industria menos partidario a un cambio en las formas
de distribución y exhibición. En este se incluía la FECE, que defendía el
mantenimiento de los tiempos mínimos a respetar entre el estreno de las
películas en las salas y su posterior lanzamiento en DVD o VOD. La propuesta de
León fue todo un éxito en el ámbito doméstico y Carmina o revienta se convirtió en el mejor estreno en la historia del
VOD en España. Sin embargo, no tuvo la misma suerte en los cines y se tuvo que
conformar con el número 17 en la taquilla en su primer fin de semana. Y es que,
pudiendo alquilar la película por 2 euros mediante el VOD, fueron pocos los que
prefirieron pagar una entrada (considerablemente más cara) para verla en
pantalla grande.
A pesar de
los buenos datos del “experimento”, al VOD todavía le queda mucho por recorrer
hasta afianzarse. Sí, Carmina o revienta
se convirtió en un excelente medio de promoción y demostró el potencial que
pueden tener este nuevo modo de ver cine, pero también encontramos pruebas de
cómo este sistema no acaba de convencer a los usuarios. En agosto, la red
social Tuenti cerró su servicio de
VOD, que contaba con apenas unos meses de vida. “La cultura de pago por
contenidos no está aún madura en España”, reconocieron desde la compañía. Otro
ejemplo lo encontramos en Youzee,
propiedad de Yelmo Cines, que no ha acabado de despegar y a principios de septiembre
anunció el despido de gran parte de su plantilla y la eliminación de su tarifa plana, que permitía a los
usuarios el alquiler ilimitado de películas por 6,99 euros al mes.
El tiempo
dirá si el VOD se convierte en una opción lo suficientemente sólida para acoger
los estrenos que semana tras semana llegan a nuestras salas. Sin duda, los
lanzamientos simultáneos serían una gran oportunidad para los habitantes de poblaciones
en los que no haya cines o aquellos que vivan en provincias en los que la
oferta cinematográfica sea reducida. Por el momento, este panorama parece
impensable, y necesitaría un fuerte cambio de mentalidad, por parte de la
industria y también de los espectadores. Y claro está, la piratería sigue
siendo un rival demasiado fuerte. Las cartas están sobre la mesa, pero aún
queda dar el gran salto, descrito a la perfección en el discurso que Álex de la
Iglesia pronunció en la gala de los Goya del año pasado: “Sólo ganaremos al
futuro si somos nosotros los que cambiamos, los que innovamos, adelantándonos
con propuestas imaginativas, creativas, aportando un nuevo modelo de mercado
que tenga en cuenta a todos los implicados (…) Se necesita una crisis, un
cambio, para poder avanzar hacia una nueva manera de entender el negocio del
cine”.