28 de diciembre de 2012

'Los miserables': Do you hear the people sing?

De manera inconsciente, muchas veces asociamos la palabra “musical” con un estereotipo muy concreto; con películas en las que los protagonistas desarrollan sus historias de forma ordinaria y entre las cuales se insertan números musicales estratégicamente posicionados. Películas con canciones alegres, que los personajes bailan siguiendo una perfecta coreografía. Ejemplo de ello son Grease, Mamma Mía o los trabajos que realizó la mítica pareja formada por Fred Astaire y Ginger Rogers. Considerado en ocasiones como un género “menor”, el musical comenzó a vivir una segunda juventud después del Moulin Rouge de Baz Luhrmann. Y ahora podemos decir que se ha llegado a una nueva etapa. Desprendiéndose de todo estereotipo posible, Los miserables hace que el musical alcance plenamente la madurez.

A Tom Hooper no le asustan los retos, o al menos, eso parece. El director ha sido el encargado de ponerse a la cabeza de la adaptación del musical basado en la novela de Víctor Hugo. Situarse detrás de las cámaras en Los miserables era enfrentarse cara a cara con toda una leyenda. Y aunque el desafío era difícil, Hooper y el resto del equipo han salido victoriosos. El resultado es un desgarrador retrato del París del siglo XIX. Una mirada hacia los invisibles, hacia las clases más bajas; sus protagonistas son ladrones, prostitutas, pícaros, fugitivos y estudiantes con aspiraciones revolucionarias que luchan contra un sistema aparentemente invencible. Y una vez más, Hooper ha conseguido dejar su huella en la película, al igual que lo hizo en El discurso del rey.

El arriesgado uso de las voces “en directo” ha dado sus frutos. Que los actores no hagan playback, sino que estén cantando al mismo tiempo que les graban, da verosimilitud a la historia y la aligera, dato muy importante, teniendo en cuenta que la película dura nada menos que dos horas y media. Otro aspecto trascendental es que prácticamente toda la película se construye a base de números musicales. Incluso los diálogos entre los personajes se realizan cantando; apenas encontramos frases que se escapen a esta norma. A priori puede resultar chocante para algunos espectadores, pero una vez comenzada la trama, las piezas van encajando con naturalidad y provocan la sensación de que no se podría haber hecho de otra manera.

El reparto es otro elemento que funciona a la perfección. Hugh Jackman realiza el mejor papel de su carrera como Jean Valjean. Durante las galas de los Tony y de los Oscar en las que ejerció de anfitrión ya nos demostró sus dotes para la canción, y ahora no defrauda en sus números musicales. Anne Hathaway brilla con su mera presencia, además de proporcionarnos uno de los momentos más emotivos de todo el film con su I dreamed a dream. Russell Crowe, a pesar de situarse en un nivel inferior, logra no desentonar con el resto de protagonistas, forjando un notable Javert, digno de los duelos vocales con Jackman. Una gran (y grata) sorpresa es Eddie Redmayne, al que habíamos visto en Mi semana con Marilyn y que aquí da vida a Marius, el amado de Cosette, una Amanda Seyfried que vuelve a seducirnos con su voz de carácter angelical. Por último, los breves pero oportunos momentos cómicos de la película vienen de la mano de los geniales Helena Bonham Carter y Sacha Baron Cohen, como el matrimonio Thénardier.  

Las canciones en ocasiones son presentadas mediante un montaje de vértigo, que intenta abarcar una gran cantidad de información en pocos minutos. Pero en la mayoría de los números musicales, especialmente aquellos interpretados por un único personaje, se ha optado por otro montaje mucho más discreto e íntimo, basado en primeros planos que nos ayudan a profundizar en las emociones de los protagonistas. Un gesto mediante el cual se refuerza la idea de que estamos ante un musical que, sobre todo, gira alrededor de sus personajes y sus dramas y conflictos internos, a pesar de estar marcado fuertemente por un hecho histórico, como es la rebelión parisina de junio de 1832.

Estos personajes se debaten entre la moral y la ley, entre los deseos y el deber. Se mueven en un mundo cruel, donde solo hay sitio para el desencanto, pero en el cual a veces surgen rayos de esperanza. La grandeza de Los miserables es que recoge a los más desgraciados y los enaltece, convirtiéndolos en auténticos héroes. Sin duda, Los miserables ha sabido situarse a la altura de la leyenda y entrar a formar parte de ella. 

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29 de noviembre de 2012

Siempre nos quedará Casablanca

En estos tiempos cambiantes, frenéticos y sobre todo, inciertos, tranquiliza saber que hay cosas que no cambian, por mucho que pase el tiempo. Nos lo dice la vida, la experiencia y nos lo dice Sam desde su piano. Los acordes de As time goes by resuenan en el Rick’s Café, recordándonos que en la vida se repite la misma historia una y otra vez: todo sigue siendo “una lucha por el amor y la gloria”. Casablanca, la película que mejor ha captado esta lucha entre sus fotogramas, cumple 70 años. Todo un mito al que se sigue señalando como una de las mejores películas de todos los tiempos.

Casablanca es una ciudad de paso, donde cientos de personas simplemente esperan a que llegue su oportunidad para tomar un avión a Lisboa, desde donde podrán zarpar hacia América, y escapar así de las garras de la II Guerra Mundial. El director Michael Curtiz fue el encargado de adentrarnos en sus calles y lo más importante, nos abrió las puertas del Rick’s Café. Un lugar al que, como indica el título de la obra teatral en la que se basa la película, Everybody comes to Rick’s, todos acuden. Es el auténtico corazón de la ciudad, en el que se entremezclan los refugiados, los policías corruptos, el humo, la música, el juego ilegal y los carteristas. Y cómo no, él.

Chaqueta de esmoquin blanco, mirada impenetrable y entre sus labios, un cigarrillo. Nacionalidad: borracho, o al menos eso dice. Cínico, aparentemente neutral en todo, aunque quizá el capitán Renault tiene razón y debajo de su apariencia dura se esconde un romántico. Rick, el propietario del café, no podría ser otro que Humphrey Bogart, quien encarna al prototipo de un nuevo héroe; un héroe derrotado, atraído irremediablemente por el bando perdedor. Y no nos olvidamos de ella, Ilsa, la misteriosa mujer que cambia todo con su llegada a Casablanca, interpretada por una impecable Ingrid Bergman. Junto a ellos, nombres como los de Paul Henreid, Peter Lorre, Dooley Wilson o Claude Rains.

¿Es Casablanca una historia de amor? Evidentemente, el triángulo amoroso formado por Rick, Ilsa y su marido es uno de los ejes fundamentales, pero Casablanca es mucho más.  Señalada como una pieza maestra de propaganda bélica americana, también es todo un canto a valores como el honor y el patriotismo. Esto tuvo sus consecuencias en España, donde la censura franquista borró la línea de guión en la que se indicaba que Rick había luchado con los republicanos durante la Guerra Civil. De la misma forma, tampoco se vio con buenos ojos la emotiva escena que tiene lugar en Rick’s en la que los clientes entonan La Marsellesa con el objetivo de tapar los cantos nazis.

Cada frase, cada diálogo respira un aire mítico. Casablanca nos ha dejado algunas de las citas más populares del cine. Entre ellas la célebre “Tócala, Sam”, aunque un error típico es confundirla con la de “Tócala otra vez, Sam”, cuando en realidad, esta última no se dice en ningún momento del largometraje. Viendo la película, cuesta creer que comenzó a rodarse con un guión inacabado. Esta forma de trabajar ponía nerviosa a Ingrid Bergman, quien se mostraba inquieta porque no sabía cómo iba a ser el final y, por tanto, con cuál de los dos hombres acabaría su personaje.

Ese final, que 70 años después todos conocemos, no resulta un impedimento para disfrutar de cada visionado, como ocurre con toda buena película. Puede que finalmente Warner Bros. vea culminada su idea de realizar una secuela, como ha anunciado recientemente, pero sin lugar a dudas no llegará a ser ni una sombra de la original. Es un hecho inevitable, proveniente de la magia que ejercen los clásicos y que es inalcanzable por otras obras. Incluso teniendo en cuenta su estela de leyenda, la película guarda un componente que la acerca al público actual, lo que hace que hoy en día resulta exactamente igual de atrayente ese tablero de ajedrez que es Casablanca, con sus peones moviéndose entre el engaño, la confianza, el amor y los sacrificios. Y esta es la parte que, por muchos más años que pasen, no cambia. Ocurra lo que ocurra, quedarán los cínicos comentarios de Rick, siempre envueltos en humo. Quedarán las miradas de Ilsa. Quedarán las canciones de Sam. Y siempre nos quedará Casablanca.

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15 de noviembre de 2012

La recta final

Cuando apenas queda mes y medio para que se acabe el año, los estrenos más esperados se amontonan en la cartelera. En la recta final de este 2012 podemos encontrar a las protagonistas de los festivales más prestigiosos, películas de autor que pondrán los dientes largos a los más cinéfilos y, cómo no, tampoco faltan los grandes taquillazos. Y aunque todavía falte bastante tiempo para los Oscar… hay algunas que ya tienen hambre de alfombra roja.

Noviembre: de los vampiros a los tigres de Bengala 
Todo fan de la saga Crepúsculo que se precie seguro que tienen marcado en el calendario el día 16 de noviembre. Y es que esa ha sido la fecha elegida para el estreno de Amanecer: Parte 2, con el que se cierran cuatro años llenos de romances vampíricos, hombres lobo y muchas hormonas. Sin embargo, la relación entre la autora de los libros, Stephenie Meyer, y el cine no va a acabar aquí: dentro de unos meses llegará la adaptación de otra de sus novelas, The Host (La huésped). Muy diferente es otro estreno de la misma semana, Holy motors, la arriesgada película de Leos Carax que ha arrasado en el Festival de Sitges de este año. Gracias a la iniciativa Oculto, celebrada en Madrid hace unos días, ya ha habido algunos afortunados que han podido verla.

Los que hayan disfrutado con el reciente estreno de En la casa, ganadora de la Concha de Oro en San Sebastián, tienen otra cita el próximo 23 de noviembre con el cine europeo, porque llega César debe morir. El film cuenta con un palmarés en el que destaca el Oso de Oro del Festival de Berlín, y cinco premios David di Donatello (los Goya italianos). Además, será la rival de nuestra Blancanieves, ya que también participa en la carrera hacia el Oscar de Mejor película de habla no inglesa. El mismo día también se estrena la española Fin, la apocalíptica obra de Jorge Torregrossa protagonizada por, entre otros, Maribel Verdú, Clara Lago y Daniel Grao.

Para finalizar el mes, el día 30 podemos encontrar La vida de Pi, basada en la novela homónima. Detrás de las cámaras está el taiwanés Ang Lee, responsable de películas como Sentido y Sensibilidad o Brokeback Mountain. Con un alto contenido espiritual, nos cuenta la historia de un joven indio que sobrevive a un naufragio, tras el cual tendrá a un tigre de Bengala como única compañía. Ha cosechado muy buenas críticas en el Festival de Nueva York, en el que se ha alabado tanto su contenido como el uso que hace del 3D, responsable de escenas totalmente espectaculares. 

Diciembre: una despedida a lo grande
El 14 de diciembre volveremos a la Tierra Media con El Hobbit: un viaje inesperado, la primera de las tres entregas en las que se ha dividido la novela de J.R.R Tolkien. Sin duda, esta es una de las películas que más ha dado que hablar durante todo el año, con permiso de El Caballero Oscuro: la leyenda renace. Por fin podremos olvidarnos de todos los incidentes por los que ha pasado el equipo durante el rodaje (donde destaca el abandono de Guillermo del Toro) y sumergirnos en el viaje de Bilbo Bolsón, a quien da vida Martin Freeman.

Aunque seguramente ningún estreno podrá hacerle sombra, el 14 también llega De óxido y hueso, protagonizada por Marion Cotillard y Matthias Schoenaerts, una de las elegidas para la Selección oficial del Festival de Cannes de este año. Pero si hablamos de Cannes, no podemos olvidarnos de la triunfadora con mayúsculas de la pasada edición. Se trata de Amor, el largometraje con el que Michael Haneke ganó su segunda Palma de Oro (tras La cinta blanca) y que se estrena el 21 de diciembre.

Y por supuesto, como ocurre cada Navidad y coincidiendo con las vacaciones escolares, no pueden faltar las películas dedicadas a los más pequeños. Para ellos está pensada El alucinante mundo de Norman (21 de diciembre), con la que la animación infantil también se suma a la fiebre de los zombis. De la misma forma, el día 25 podremos disfrutar de la nueva apuesta de Disney, ¡Rompe Ralph!. En ella encontramos como protagonista a un personaje de un juego de arcade. Veremos cómo funciona en la taquilla española, aunque en Estados Unidos ha obtenido buenos resultados, llegando a superar las cifras del estreno de Enredados.

El día de Navidad tendremos que vestirnos de gala para recibir a Los miserables. Tom Hooper promete dejar a los espectadores con la boca abierta, y para ello ha rodado sus números musicales de una manera muy especial: todos son en vivo. Es decir, los actores no han hecho playback, sino que veremos sus actuaciones en directo, tal y como las interpretaron en el momento del rodaje. Todo ello con un reparto de lujo, encabezado por Anne Hathaway, Russell Crowe, Hugh Jackman y Amanda Seyfried. Para despedir el 2012 nos espera el día 28 el film El cuerpo, un thriller protagonizado por Belén Rueda y Hugo Silva, que será el estreno del director Oriol Paulo en el mundo de los largometrajes. El broche de oro para un año que ha estado cargado de buen cine.

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31 de octubre de 2012

Ideas para un Halloween de cine

Disfraces, historias de terror, niños pidiendo chucherías, fiestas… y por supuesto, cine.  En la noche de Halloween, ver una buena película puede ser el preámbulo ideal antes de recorrer las calles bajo nuestros disfraces o incluso puede convertirse en un plan por sí mismo. Hay opciones para todos los gustos: desde films muy conocidos pero que siguen provocando los mismos escalofríos que el primer día hasta comedias protagonizadas por los personajes de terror clásico, pasando por… ¡musicales! Así que preparad las palomitas, porque aquí os presentamos las mejores películas para pasar un Halloween de cine.

Clásicos incombustibles
En ningún 31 de octubre pueden faltar joyas como La matanza de Texas, El exorcista, Drácula de Bram Stoker (y para los más atrevidos, la película muda Nosferatu, el vampiro), Poltergeist o Pesadilla en Elm Street. Largometrajes imprescindibles que son el comodín perfecto para este día y además, una fuente inagotable de disfraces.


Todo está en la mente
Las películas de terror psicológico son otro valor seguro para Halloween. Estos films presentan menos sustos (aunque alguno siempre cae) y suelen tener una trama más elaborada, que juega con nuestra mente. Aquí es inevitable mencionar a Alejandro Amenábar y a su obra maestra, Los Otros, junto a la que fue su ópera prima, Tesis. Y hablando de óperas primas, tampoco podemos a olvidar al hombre del momento, Juan Antonio Bayona, que antes de hacer que nos emocionáramos con Lo imposible ya nos puso los pelos de punta gracias a El orfanato, película que contó con una excelente Belén Rueda en el papel principal. Fuera de nuestras fronteras encontramos la espeluznante The ring (La señal), que gira alrededor de una misteriosa cinta que provoca la muerte de todo aquel que lo ve.

Atrapados
A pesar de su aparente sencillez, los espacios cerrados pueden dar mucho juego en el cine. Así lo demuestra Cube, la película en la que un grupo de desconocidos se despierta en mitad de un laberíntico escenario: una habitación en forma de cubo con cuatro salidas, que a su vez dan paso a más salas con la misma forma. Tendrán que andarse con cuidado, ya que detrás de algunas de las salidas se encuentran trampas mortales. Otro film de esta temática que ya se ha convertido en todo un clásico es la primera entrega de la saga Saw, en la que sus protagonistas han de pasar por unas macabras pruebas para sobrevivir. Por su parte, la española Rec nos lleva, de la mano de unos reporteros televisivos, hasta un edificio en cuarentena, en el que la cámara será testigo de los extraños acontecimientos que ocurren allí.



El rey del terror
Es el maestro por excelencia de la literatura de terror y sus novelas se han llevado a la pantalla en numerosas ocasiones, manteniendo la angustia y el suspense que encontramos entre las páginas. Hablamos, como no, de Stephen King. Entre las adaptaciones más destacadas se encuentra El resplandor, en la que Stanley Kubrick nos dejó la mítica imagen de Jack Nicholson convertido en un auténtico psicópata. Otro referente del séptimo arte, Brian De Palma, llevó al celuloide el libro Carrie en los años 70, película con la que podemos ir abriendo boca ante la nueva versión que se estrenará el próximo año y que tendrá a Chloë Grace Moretz (La invención de Hugo) como protagonista.

Sin sobresaltos
Los más miedosos pueden optar por un plan más light, pero con el que la tensión y  el suspense estén asegurados. En este caso, nada mejor que dejarse llevar por todo un maestro en este terreno, Alfred Hitchcock, que construyó unos inquietantes escenarios en dos de sus obras más conocidas: Los pájaros y Psicosis. También podemos sumergirnos en un caos de saltos temporales y paradojas con Los cronocrímenes, de Nacho Vigalondo, o atrevernos a resolver con Leonardo DiCaprio el misterio que se cierne sobre una institución mental en Shutter Island.

Risas aseguradas
¿Ver un musical se puede convertir en un plan perfecto para la noche de Halloween? Sí, si hablamos de The Rocky Horror Picture Show, el musical más loco e irreverente de la historia del cine y todo un homenaje a las películas clásicas de ciencia ficción. Cuenta la historia de una pareja recién comprometida que, en una noche de tormenta, llega a un castillo plagado de personajes de lo más peculiares. Otra vuelta de tuerca al género la da El jovencito Frankenstein, una de las locas películas de Mel Brooks (también director de Drácula, un muerto muy contento y feliz) protagonizada por el carismático Gene Wilder. Y cómo no mencionar la saga Scary Movie, que desde el año 2000 lleva parodiando las películas de terror más exitosas, como es el caso de Scream o La guarida.



Y en el cine…
Si el plan de ir a las salas es el que más nos llama la atención, la cartelera nos ofrece varias opciones atractivas para, durante un par de horas, escapar del famoso truco o trato. Para los más pequeños encontramos Hotel Transilvania, mientras que los mayores volverán a la infancia con Frankenweenie, la última película de Tim Burton, que es una revisión del mito de Frankenstein. Y si se quiere pasar miedo, los fans de Paranormal Activity pueden disfrutar con la cuarta entrega de la saga (y se ha confirmado que habrá una quinta).Como podéis comprobar, ¡no hay excusas para no pasar esta noche en la compañía del séptimo arte!

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26 de octubre de 2012

¡Bienvenidos a Transilvania!

Desde hace unos años, el tópico de que las películas de animación son para niños ha desaparecido casi por completo. Una gran parte de culpa la tiene Pixar, que ha conseguido que sus trabajos sean sinónimo de entretenimiento tanto para grandes como pequeños, gracias a films como Wall-E o Up. A la sombra de este éxito han crecido numerosas obras de animación que buscan imitar el “estilo Pixar”: ya no se conforman con crear un producto infantil, sino que también quieren aportar algo más, que también convenza a los adultos. Y cuando ya empezábamos a acostumbrarnos a esta tendencia creciente, aparece en nuestra cartelera Hotel Transilvania.


Esta película familiar quizá no satisfará a los espectadores más maduros o exigentes, pero cumplirá las expectativas del que está más cerca de ser su público objetivo: los niños. Estrenada estratégicamente el fin de semana anterior a Halloween, Hotel Transilvania es toda una galería de personajes del cine de terror clásico, a los que se da un contrapunto juvenil (los dos adolescentes protagonistas) para explorar temas como los primeros amores, la intolerancia hacia el diferente o las eternas disputas entre padres e hijos. El 3D está muy bien aprovechado en todos los escenarios: es capaz de movernos de forma vertiginosa entre la alborotada y agobiante recepción del hotel y también nos ofrece unos espectaculares paisajes a vista de murciélago.

Uno de los reclamos del largometraje es el doblaje. Clara Lago cede su voz a la protagonista, Mavis, mientras que Santiago Segura se encarga de su padre, Drácula. Dani Martínez es el único humano de la película, el alocado Jonathan. Mario Vaquerizo y Alaska doblan al monstruo de Frankenstein y a su mujer, respectivamente. Un trabajo del que todos ellos se muestran muy satisfechos. “Me gusta aprender de todo y esto ha sido un reto para mí”, afirmó Mario Vaquerizo en la rueda de prensa de presentación del film. Para Dani Martínez también ha sido su primera vez doblando a un personaje de animación: “El primer día llegas un poco asustado, pero una vez que haces pruebas y te metes en el personaje, te diviertes. Yo estaría dispuesto a doblar otra vez”. La versión original ha contado con las voces de Adam Sandler, Selena Gomez y Steve Buscemi, entre otros.

Hotel Transilvania es una película entretenida, que despierta sonrisas y que, como señaló Alaska, “si la ven padres e hijos juntos puede ser un poco como una terapia. No puede compararse con algunas de las llamadas “obras maestras de Pixar”, pero de vez en cuando se agradece que surjan películas como esta, que no vengan acompañadas de tanta presión y expectativas y que nos recuerden que, en algún momento, el cine de animación era para niños.

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19 de octubre de 2012

'En campaña todo vale': Mucho ruido y pocas nueces

Jay Roach lleva la comedia en la sangre. El responsable de Austin Powers y Los padres de él se mueve con facilidad, tanto en su labor de director como de productor, en el terreno de la comedia irreverente, en el que podríamos encajar su nuevo trabajo, En campaña todo vale. Esta vez el telón de fondo es el periodo electoral, algo que viene ni que pintado de cara a los próximos comicios estadounidenses.


La película se basa en el enfrentamiento de dos candidatos aspirantes a congresistas: Cam Brady (Will Ferrell) y Marty Huggins (Zach Galifianakis), ambos caracterizados de manera maniqueísta y sin desarrollo ninguno durante toda la película. Mientras que Cam Brady es un hombre irresponsable, grosero y desvergonzado, Marty Huggins es amable, naíf y el prototipo ideal del buen vecino. Durante su confrontación, los gags se suceden uno detrás de otro, lo que no quiere decir que funcionen y, como suele ser habitual, los puntos humorísticos más fuertes aparecen revelados en el tráiler. La mayoría de las bromas confían en el poder cómico del lenguaje malsonante y el humor inteligente ni está ni se le espera.

Como resultado tenemos una parodia política mediocre, que se pierde en una crítica facilona de los lugares comunes del periodo electoral (como son los debates o las codiciadas fotos de los políticos dando besos a los bebés). Hay una sombra de ataque al sistema de financiación de las campañas, tema que sirve para que la trama avance, pero se trata de una manera tan superficial y obvia que apenas tiene fuerza.


Su tono moralista y su habilidad para crear situaciones forzadas (especialmente al final) tampoco ayudan a que esta sea una película memorable. Está claro que las comedias de este estilo siempre se hacen un hueco entre un sector bastante amplio del público. Sin embargo, viendo las interesantes propuestas que tenemos estas semanas en la cartelera, resulta muy complicado pensar que, en algún caso, En campaña todo vale puede ser la opción más atractiva para visitar los cines esta semana.

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17 de octubre de 2012

Vídeo bajo demanda (VOD), ¿El futuro del cine?

En estos momentos, el futuro de la industria del cine tal y como la conocemos es toda una incógnita. El sector, inmerso en una perpetua crisis, sólo encuentra alivio puntual en los taquillazos que suponen un balón de oxígeno para la recaudación y que ayudan a hacer balance con los habituales malos resultados que se dan cada semana en las salas. Para más inri, la reciente subida del IVA en el sector cultural (del 8% al 21% en las entradas de cine) ha sido recibida como un auténtico golpe de gracia. La Federación de Cines de España (FECE) señaló que esta medida es “el último empujón para el cierre de las salas de cine”.

Con este panorama, parece inevitable buscar una alternativa a este modelo tradicional. Está claro que los hábitos de consumo de películas han cambiado y el visionado ya no se reduce a una pantalla de cine o de televisión. Los ordenadores, las tabletas e incluso los móviles se han convertido en la opción de muchos espectadores a la hora de disfrutar de un film. Y por supuesto, Internet se ha convertido en el actor principal de este gran cambio, interpretando un doble papel. Por un lado, el de villano (no olvidemos que España es uno de los países en los que se realizan más descargas ilegales) y por otro, empieza a perfilarse como la figura del aspirante a héroe. Es aquí donde entran en juego las plataformas de Vídeo bajo demanda (VOD).

Estas plataformas, semejantes a videoclubs online, se presentan bajo diferentes modalidades. Podemos encontrar oferta de VOD gracias a páginas web como las de Filmin o Filmotech, a través de los servicios ofrecidos por las televisiones de pago (como en el caso de ONO o Movistar Imagenio) e incluso las cadenas de televisión Telecinco y Antena 3 se han sumado a esta nueva tendencia, a través de las iniciativas Mitele y Nubeox, respectivamente. Todos estos espacios permiten al usuario alquilar o descargar de forma legal películas para todos los gustos. Las ventajas que aporta este modelo son evidentes, comenzando por la libertad total del espectador para ver el film que prefiera cuando y donde quiera. Además, los alquileres cuentan con precios asequibles, que rondan los 3 euros de media.

Aún así, el VOD todavía está dando sus primeros pasos en España y es un terreno desconocido para gran parte de la población. El modelo a seguir es el americano, donde encontramos a la todopoderosa Netflix, plataforma fundada en 1997 y que ha conseguido que el visionado en streaming de los contenidos audiovisuales sea un hábito consolidado al otro lado del Atlántico. A primeros de año la compañía llegó a Reino Unido e Irlanda y tiene planes de expandirse por más países europeos. 

La gran incógnita es: ¿llegará el VOD a convertirse en un medio más para los estrenos cinematográficos? El pasado mes de julio, Paco León intentó comprobar si esta era una opción viable, mediante el lanzamiento simultáneo de su obra Carmina o revienta en cines, DVD y VOD. El actor y director se mostró optimista con su arriesgado plan: “Yo creo que el futuro es simultáneo. Y cuanto antes sean cómplices de esto las salas, los exhibidores, mejor les irá y mejor nos irá a todos. Es la única alternativa frente a la piratería: precios muy baratos e inmediatez”. Un punto de vista que chocó con el sector de la industria menos partidario a un cambio en las formas de distribución y exhibición. En este se incluía la FECE, que defendía el mantenimiento de los tiempos mínimos a respetar entre el estreno de las películas en las salas y su posterior lanzamiento en DVD o VOD. La propuesta de León fue todo un éxito en el ámbito doméstico y Carmina o revienta se convirtió en el mejor estreno en la historia del VOD en España. Sin embargo, no tuvo la misma suerte en los cines y se tuvo que conformar con el número 17 en la taquilla en su primer fin de semana. Y es que, pudiendo alquilar la película por 2 euros mediante el VOD, fueron pocos los que prefirieron pagar una entrada (considerablemente más cara) para verla en pantalla grande.    

A pesar de los buenos datos del “experimento”, al VOD todavía le queda mucho por recorrer hasta afianzarse. Sí, Carmina o revienta se convirtió en un excelente medio de promoción y demostró el potencial que pueden tener este nuevo modo de ver cine, pero también encontramos pruebas de cómo este sistema no acaba de convencer a los usuarios. En agosto, la red social Tuenti cerró su servicio de VOD, que contaba con apenas unos meses de vida. “La cultura de pago por contenidos no está aún madura en España”, reconocieron desde la compañía. Otro ejemplo lo encontramos en Youzee, propiedad de Yelmo Cines, que no ha acabado de despegar y a principios de septiembre anunció el despido de gran parte de su plantilla y la eliminación de su tarifa plana, que permitía a los usuarios el alquiler ilimitado de películas por 6,99 euros al mes.

El tiempo dirá si el VOD se convierte en una opción lo suficientemente sólida para acoger los estrenos que semana tras semana llegan a nuestras salas. Sin duda, los lanzamientos simultáneos serían una gran oportunidad para los habitantes de poblaciones en los que no haya cines o aquellos que vivan en provincias en los que la oferta cinematográfica sea reducida. Por el momento, este panorama parece impensable, y necesitaría un fuerte cambio de mentalidad, por parte de la industria y también de los espectadores. Y claro está, la piratería sigue siendo un rival demasiado fuerte. Las cartas están sobre la mesa, pero aún queda dar el gran salto, descrito a la perfección en el discurso que Álex de la Iglesia pronunció en la gala de los Goya del año pasado: “Sólo ganaremos al futuro si somos nosotros los que cambiamos, los que innovamos, adelantándonos con propuestas imaginativas, creativas, aportando un nuevo modelo de mercado que tenga en cuenta a todos los implicados (…) Se necesita una crisis, un cambio, para poder avanzar hacia una nueva manera de entender el negocio del cine”.

12 de octubre de 2012

'Frankenweenie': El regreso de Tim Burton... para bien y para mal

Lo malo de llamarse Tim Burton es que los trabajos firmados con ese nombre siempre vienen acompañados de una serie de expectativas bastante altas. Esto es algo que recientemente ha jugado en su contra: el giro que dio a la historia de Alicia en el País de las Maravillas no terminó de cuajar entre el público y la crítica (es el riesgo de hacer una versión de un clásico). Y ya ni hablamos de Sombras tenebrosas, estrenada este año y construida sobre un guión insostenible. Así que con estos precedentes a las espaldas, es lógico que Frankenweenie sea recibida con los brazos abiertos y se vea como “el regreso de Tim Burton”. 


La película está basada en un corto homónimo de imagen real que el director realizó en 1984. En esta ocasión se han tenido que introducir tramas secundarias paralelas; evidentemente, con el argumento original no se podía cubrir un film de 90 minutos. A pesar de esto, la esencia se mantiene y, de hecho, muchos de los planos son calcados a los del corto. La técnica stop-motion, brillantemente utilizada, ha permitido enriquecer la historia, ya que en el corto original la figura del perro, Sparky, estaba mucho más limitada. Además, gracias a la animación se han podido conseguir que los protagonistas tengan esas personalidades tan características y carismáticas, al igual que ocurría en Pesadilla antes de Navidad y La novia cadáver

Burton señala que esta es una película muy personal, ya que la historia está inspirada en la relación que mantenía con su perro cuando era niño y en los sentimientos que tenía en esa época, en la que se veía como un “bicho raro”. La suma de todo esto, unido a los elementos que hacen referencia a las películas de terror clásicas, hace de Frankenweenie una pieza reseñable. Aunque no es una de las obras maestras del director, sin duda no se ganará el adjetivo de “decepcionante”, como sí pasó con sus películas más recientes.  

Y la razón de que no sea decepcionante es muy simple: esta vez, Burton juega sobre seguro y da exactamente lo que se espera de él. Esto puede ser, precisamente, el punto más débil del film. La película no depara grandes sorpresas y sigue el marcado estilo del director. Es el mismo tipo de humor, de escenarios y, como hemos señalado anteriormente, de personajes. Vuelve a tratar temas que se repiten constantemente en la filmografía del cineasta, como son la infancia, la soledad y la vida y la muerte. ¿Esto es negativo? No tiene por qué, mientras la fórmula siga funcionando entre los espectadores. La pregunta es: ¿hasta cuándo lo hará?  

Os dejamos con el corto original de Frankenweenie (1984), en versión original con los subtítulos en español.





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